Un gran tramo del muro del Piquete de Quinto (la antigua iglesia de la Asunción que alberga el Museo de las Momias) se derrumbó el pasado 30 de julio sin provocar heridos, salvo daños materiales en el entorno y en una vivienda habitada. En el interior de la casa se encontraba en ese momento una abuela y sus tres nietos, que acababan de llegar a comer tras asistir a las vaquillas del último día de las fiestas patronales. El fuerte ruido les sorprendió y, tras el susto inicial, los cuatro salieron corriendo a la calle entre una nube de polvo.

Los propietarios del inmueble afectado, Rosa Bono y Tomás Martín, de 60 y 65 años, respectivamente, han sido realojados en una vivienda municipal. Desde allí recordaron que los cascotes del muro cayeron en el cuarto de la lavadora, en una terraza de la segunda planta y en varios dormitorios del tercer piso. "Fue un susto tremendo. Cogí a los niños y salí", explicó Rosa. Pudieron volver después a buscar enseres y ropa, aunque creen que la casa no se podrá volver a habitar.

Ayto. Quinto

El alcalde, Jesús Morales, reconoció que el Ayuntamiento había estado haciendo en los últimos meses "un seguimiento sobre la situación del muro del Piquete", porque presentaba humedades desde hacía años y grietas recientes, tal y como se había ido informando en los plenos.

«En octubre vimos que se había separado de la ladera, y lo pusimos en conocimiento del Departamento de Patrimonio del Gobierno de Aragón». El responsable local señaló que, al mismo tiempo, el Consistorio encargó un informe geotécnico para conocer el estado y riesgos que presentaba. De esta manera, y según señaló, el muro "no es de contención del edificio". A través de las redes sociales trasladó el apoyo a los vecinos afectados e hizo un llamamiento a la calma: "Todo apunta a que lo grave ha pasado y no hay afecciones en el edificio del siglo XV".

El Piquete, que pasó por un largo proceso de rehabilitación, con 13 fases diferentes de intervención, muestra las momias que aparecieron enterradas en su interior en 2011. Está asentado sobre una losa de piedra de grandes dimensiones "que no está conectada con el muro y que no provoca ninguna afección al mismo", afirma. El problema de la separación del muro, aseguró Morales, podría ser la falta de evacuación de aguas pluviales de la plaza del Piquete. El paso en el tramo superior del muro está cerrado desde finales de julio.

Esta información se puso en conocimiento de entidades supramunicipales «para solicitar ayuda técnica y económica», ya que "el Ayuntamiento es incapaz de asumir el coste de la obra, que podría superar los 800.000 euros". Ha solicitado un presupuesto de los trabajos de emergencia para instalar un andamiaje de consolidación hasta poder acometer el desmontaje y construcción del nuevo muro. El alcalde adelantó que, previsiblemente, habrá que realojar a otras dos familias que residen cerca de la zona afectada durante los trabajos.