ARAGÓN EN FIESTAS

Las mujeres de Ricla toman la calle en la despedida

Varias propuestas para ellas se sumaron a los actos taurinos y musicales en el último día.

Parte de la comisión de fiestas se encargó de repartir cerca de 250 raciones de chocolate este martes por la mañana en Ricla.
Parte de la comisión de fiestas se encargó de repartir cerca de 250 raciones de chocolate este martes por la mañana en Ricla.
Macipe

Vecinos de todas las edades apuraban este martes por la mañana en Ricla los últimos coletazos de las fiestas en honor de Santa María Magdalena. Pero entre la multitud destacaban las féminas, ya que las actividades de este miércoles giraban en torno al día de la mujer dentro de estos festejos. Varias cuadrillas se distribuían entre las terrazas antes de una jornada intensa. "Hemos estado en el encierro, pero iremos a la comida, a la cena popular al ‘grand prix’…", enumeraba Mari Carmen, en corro con varias amigas.

"Lo pasamos estupendamente", se reafirmaba Inés Aguilar, quien reconocía que era una jornada que aprovechaba muy bien entre amigos: "Con los que vienen de fuera y como mejor sabemos hacer los de Ricla". A su lado, Mercedes aseguraba que ella tenía debilidad por la misa, pero que también acudía al resto de actividades: "Es un día para pasarlo bien y disfrutarlo".

En una de las bocacalles de la plaza Aragón, otro grupo apuraba el almuerzo. En su caso, por aquello de coger fuerzas, el menú era contundente: judías blancas. "Somos de hacer cada día una cosa, desde el chupinazo. Estamos ocho, porque muchos están trabajando", reconocía María José Zaragoza mientras en la mesa se dispensaban cuatro tomates y unas guindillas para acompañar.

Con el sol ya castigando, el encierro infantil tomaba una plaza Aragón que era un oasis de sombra. Empezaban las carreras de una veintena de chavales delante de los carretones y de un toro hinchable. Todos sacaban sus mejores recortes ante lo que venía, cuesta abajo y cuesta arriba. Era el caso de Alberto, que con tres años se agarraba a la mano de su abuela Julia para ir detrás de los astados de cartón. "En casa tiene todos los complementos, es que le viene de familia", reconocía ella.

Es el mismo caso de Jesús Álvarez, de 7, que comandaba un morlaco en miniatura porque, subrayaba, le encantan los toros, y porque su padre trabaja en la plaza de toros de Zaragoza. Entre todos ellos, una de las más avezadas era Ana Mª Ambite, que no perdía de vista a los toros simulados.

Al mismo tiempo, parte de la comisión de fiestas se encargaba de repartir las raciones de la chocolatada. "Se dan unas 250, primero para las mujeres y luego para todo el mundo", explicaba Rosana Casas, responsable de la organización. Asimismo recordaba que "hoy las mujeres salen todo el día, porque de normal las jornadas previas se encargan de preparar la casa".

Haciendo balance de los festejos a pocas horas de que acabasen con una sesión de fuegos artificiales, el alcalde, Ignacio Gutiérrez, aseguraba que habían disfrutado: "Y eso sí, tampoco hemos pasado nada de frío".

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