sucesos
"Dudé que fueran policías porque me abofetearon y me tenían aterrorizado"
Los narcotraficantes investigados por robar a narcos haciéndose pasar por policías nacionales y agentes de la Guardia Civil han negado los hechos ante la jueza instructora.
La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza, Mercedes Terrer, continúa investigando a la peligrosa banda de narcotraficantes que se había especializado en dar ‘vuelcos’ (término con el que se conoce en el argot policial a los robos de droga que se cometen entre narcos) haciéndose pasar por policías nacionales y agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
La organización criminal, que operaba a nivel nacional, fue desarticulada en Zaragoza el pasado mes de junio por el Instituto Armado, que detuvo a siete de sus presuntos integrantes. Cuatro de ellos permanecen desde entonces ingresados en la cárcel de Zuera como presuntos autores de una larga lista de delitos que incluye allanamiento de morada, detención ilegal, amenazas, tenencia ilícita de armas, tráfico de drogas y pertenencia a grupo criminal.
Los presos preventivos ya declararon ante la instructora hace unos días y ayer fue el turno delos investigados que están en libertad. Asistidos por los abogados Alejandro Giménez, María Dolores Fernández y Candela Garriés, los tres hombres –que son vecinos de Madrid, Zaragoza y Huesca y tienen edades comprendidas entre 42 y 65 años– negaron cualquier relación con la red de narcotraficantes desmantelada, así como haber participado en robos de alijos de droga.
Es más, uno de los investigados, identificado como Wilfredo S., se presentó ante la jueza como víctima de la organización desarticulada. Este hombre, que reside en la capital aragonesa, relató que tres hombres entraron en su domicilio el pasado febrero y tras identificarse como policías le ofrecieron un piso de protección oficial, una nómina y una identidad nueva como testigo protegido a cambio de que les facilitara información sobre personas que traficaban con droga.
Wilfredo S. manifestó que en un primer momento les dijo a los sospechosos, que serían tres de los cuatro investigados que están en la cárcel, que les proporcionaría esa información, pero que cuando se fueron denunció lo sucedido ante la Guardia Civil porque dudó que fuesen agentes de la autoridad por su forman de actuar: "Dudé que fueran policías porque me abofetearon y me tenían aterrorizado".
Según informó en junio la Comandancia de Zaragoza, la organización criminal tenía su sede en Madrid pero daba golpes por todo el territorio nacional.
