tribunales en zaragoza

Multa, indemnización y costas del juicio por agredir a un rival en un partido de aficionados

Un juzgado de Zaragoza acaba de condenar a un jugador de un equipo de fútbol aficionado por pegar a un contrincante "con el puño cerrado" en la boca y amenazarlo de muerte para que no denunciara.

Imagen de archivo de un campo de fútbol de la Federación Aragonesa.
Imagen de archivo de un campo de fútbol de la Federación Aragonesa.
Oliver Duch

Los jueces parecen dispuestos a atajar la violencia en el deporte, sea cual sea el escenario -en las gradas o en la propia cancha de juego- o quienes sus protagonistas, aficionados o profesionales. Como ejemplo, la sentencia que acaba de dictar el Juzgado de Instrucción número 12 de Zaragoza, en la que condena con 660 euros a un jugador de un equipo de fútbol 7 aficionado por “interpretar mal” un lance del partido y propinar un golpe “con el puño cerrado en la boca” a un contrincante.

Pero su reprochable conducta le saldrá aún más cara al agresor, puesto que el magistrado le condena al pago de las costas procesales, incluida la mitad de la factura del abogado de la acusación particular.

La agresión se produjo el pasado 5 de mayo en los campos de la Federación Aragonesa de Fútbol en el barrio del Actur de Zaragoza, donde a las 10.50 había comenzado el partido que enfrentaba a los equipos Rayito Envenenado y Güeteborg. De lo ocurrido fue testigo directo el árbitro del encuentro, quien de hecho mostró la tarjeta roja y expulsó a uno los jugadores del segundo equipo, identificado como A. G. L., como responsable del puñetazo.

Pero la víctima entendió que una expulsión no era suficiente castigo para una agresión que desde el primer momento consideró “intencionada”. De ahí que él mismo llamara al 091, que envió a una patrulla a las instalaciones e identificó al autor del puñetazo. A la hora de formalizar después la denuncia en comisaría, el jugador del Rayito Envenenado explicó que su agresor no se conformó con propinarle el puñetazo, sino que, al ver que avisaba a la Policía, le dijo: "Si me denuncias, te voy a matar. Me enteraré dónde vives y te mataré a ti y a tus padres".

"Si me denuncias, te voy a matar. Me enteraré dónde vives y te mataré a ti y a tus padres".

Durante el juicio celebrado hace unos días la Fiscalía solo pidió sanción por un delito leve de lesiones, proponiendo una multa de 360 euros y una indemnización de 450. La acusación particular, a cargo del letrado Marco Antonio Navarro, entendía que además de las lesiones debían castigarse las amenazas, alegando que el acusado no se había conformado con agredir sino que también había tratado de infundir temor a la víctima para que no acudiera a la Policía.

Finalmente, el juez ha condenado ambas acciones: tanto el puñetazo como las amenazas. “Si bien el denunciado negó las amenazas, el resto de pruebas practicadas apunta en el sentido de que las mismas ocurrieron en la forma indicada”, dice en su sentencia.

En cuanto a la agresión física, el magistrado recuerda que aunque el jugador del Güeteborg admitió la existencia del incidente, “señaló que no fue un puñetazo sino una bofetada y porque el otro se le encaró”. Pero poca relevancia da a este hecho, porque considera probado que esta persona golpeó a un jugador del equipo contrario y le causó un daño por el que precisó asistencia médica y del que tardo diez días (no impeditivos) en recuperarse.

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