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El equipo de gobierno de Aguarón: pactar sin mirar el color político

Alberto Ruesca (CHA) será alcalde dos años para luego ceder el cargo a Juan Carlos Bernal (PP), aunque la gestión será conjunta de ambos grupos y abierta al PSOE.

Alberto Ruesca (CHA), izquierda, y Juan Carlos Bernal (PP), en el ayuntamiento de Aguarón.
Alberto Ruesca (CHA), izquierda, y Juan Carlos Bernal (PP), en el ayuntamiento de Aguarón.
Macipe

Es de sobra conocido que en los pueblos la política municipal se mueve por otros derroteros que los que dominan el panorama nacional o incluso regional. Y desde ese punto de partida lo que de puertas hacia fuera puede resultar extraño, de puertas para dentro en Aguarón se asume con normalidad: PP y CHA llegaron a un acuerdo para gobernar los próximos cuatro años de forma conjunta esta localidad del Campo de Cariñena.

Los dos primeros años será el nacionalista Alberto Ruesca, único edil de la formación, el que desempeñe el cargo y los dos siguientes lo asumirá el popular Juan Carlos Bernal, que cuenta con dos compañeros de filas. El pacto supone la salida como regidor de Lucio Cucalón, tras 32 años al frente del Ayuntamiento, que se queda con 3 concejales. Tanto Alberto como Juan Carlos, al hacer las fotografías no le dan importancia al sillón que preside el salón de plenos. "Mejor hablamos entre las sillas normales", apuntan.

“Fuimos nosotros los que tendimos la mano a Chunta, porque, sinceramente, no íbamos a hablar con el partido; íbamos a hablar con Alberto”, reconoce el propio Bernal. Ambos llevan 12 años como ediles en el Consistorio y a los dos les une una profunda amistad. “Nosotros entendemos que los temas municipales, a nuestra escala, no entienden de colores políticos”, sentencia Ruesca. “Tenemos votantes que tienen presentes las siglas, pero somos conscientes de que para el buen funcionamiento de un pueblo gobernado por una mayoría absoluta tanto tiempo, tenía que haber un cambio y por eso dimos este paso”, insiste.

Y ese planteamiento lo tuvieron claro desde el resultado de las elecciones del 26 de mayo. “Vimos lo que salió, lo planteamos, nos preguntaron qué intenciones teníamos y lo dijimos: gobernar. Sabíamos que podía haber entendimiento”, reconoce Bernal. Al mismo tiempo, además de los cuatro ediles que han llegado a este pacto, no cierran la puerta a un gobierno más amplio: “Ya en la investidura se le planteó al PSOE que contábamos con ellos más pronto que tarde”, indica Bernal. “Estamos abiertos a que entren a gobernar con nosotros, que sea un equipo de 7. Los temas a nivel nacional, se votarán cada grupo por su parte; cada uno con sus ideas”, indica el nuevo regidor.

Con vistas a ponerse a trabajar, Ruesca pone sobre la mesa unas líneas generales: “Hace falta hacer partícipe a la ciudadanía, queremos una mayor complicidad de la gente y transparencia”. “Creemos que más que grandes intervenciones, lo que tenemos que hacer es adecentar el pueblo, lavarnos la cara y ponernos manos a la obra”, explica Bernal. Entre las prioridades, Ruesca recuerda: "Tenemos muchos proyectos en mente, pero volver a poner en marcha la residencia San Cristóbal es una prioridad. Es difícil, pero lo trabajaremos”.

También quieren sacarle partido a su entorno natural, la sierra de Algairén, y a su cercanía con La Almunia, Cariñena y Zaragoza. “Es un entorno perfecto para el turismo y para el deporte”, remarca Ruesca.

Con la experiencia que acumulan, ambos reconocen ser conscientes de la situación económica del Ayuntamiento: “No es mala, pero sí que está el lastre de la sociedad municipal que se constituyó para construir un polígono industrial que no se hizo”. Por delante les quedan cuatro años para ir trabajando sin mirar su color político.

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