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Calmarza, una sinfonía de roca y agua que hace bailar a buitres y alimoches

Esta recóndita localidad, limítrofe con Guadalajara y gran desconocida de la zona, es un remanso de paz y todo un paraíso para los amantes del senderismo y la observación de grandes alados.

Está en el límite de la comarca y la provincia, rodeado de montañas. Calmarza es uno de los confines de Aragón y, como suele suceder en muchas fronteras naturales que acaban siendo administrativas, la naturaleza se manifiesta en todo su esplendor dentro del término. Un dato bucólico que tiene su reverso;se trata de un pueblo tradicionalmente aislado del entorno, que solo en tiempos recientes mejoró sus comunicaciones viarias y telefónicas.

El volumen ‘Cultura popular de la Comunidad de Calatayud’, de José Ángel Urzay Barrios, explica que en materia de conexiones directas, ese aislamiento se debía a los malos caminos y sendas de herradura. De hecho, hasta 1939 no se construyó la carretera del Villar, que comunica el pueblo con Cetina. La carretera de Jaraba, el pueblo vecino (a 6 kilómetros, con un túnel de por medio que divide ambos términos) llegó con la década de los 60, y la que conecta a Calmarza con su primer vecino castellano, Algar de Mesa, es aún más reciente. En la década de los 90 llegaron los teléfonos a las casas particulares, y la cobertura móvil dista mucho de ser la ideal.

Vicente Monge es ganadero; lo suyo son las ovejas, y también incursiona un poco en la agricultura. Nació en Calmarza y aquí ha vivido; en los últimos 20 años ha ejercido como alcalde del municipio. "En tiempos la gente sí quiso el puesto, en las pasadas elecciones nos presentamos tres de distintos partidos, pero esta vez no ha sido así;yo tenía preparado mi relevo porque pensaba en dejarlo, pero se me echaron atrás y parece que me toca otra vez".

Calmarza ha sido siempre agrícola y ganadero. "De la agricultura viven ahora dos familias y del ganado otras dos; yo he pastoreado toda la vida por estos cerros, hasta ése de ahí –señala al de la Dehesa, junto al puente sobre el río Mesa que da entrada al pueblo– y por donde ha sido menester. Queda alguno del pueblo trabajando en las embotelladoras de Jaraba, y se han quedado ya allí". En lo alto de la Dehesa, por cierto, los senderistas han plantado dos banderas de España a distintas alturas.

Vicente está siempre al quite;que si una avería en el depósito del agua, una baldosa movida o la equipación del bar bien a punto. Para todo ello cuenta con la inestimable ayuda de José Manuel González, que efectúa las labores de alguacil. "En los últimos tiempos hemos estado concentrados en terminar el bar y tenerlo abierto, algo que ya hemos hecho, y que es muy importante para los vecinos. Está en un extremo del pueblo, de camino a la cascada. Ahora estamos preparando dos viviendas de alquiler con la idea sobre todo de que los del pueblo que no tienen casa propia puedan quedarse allí. No hay proyectos más grandes, solamente mantener los servicios que tenemos; somos muy pocos".

Vicente reconoce que el senderismo ha puesto a Calmarza en el mapa del turismo de naturaleza. "La gente viene mucho a las Hoces del Mesa, les encantan los barrancos y hay varios senderos marcados que se llenan todos los fines de semana a partir de marzo, cuando el tiempo empieza a mejorar un poco". En el término está el GR 24 (Límite provincial - Calmarza-Jaraba), el PR-Z 30 que conecta a Calmarza con Campillo y Llumes, el PR-Z 90 que va desde Jaraba al desvío del Mirador de los Buitres, los Pajares de Calmarza y Sisamón y el SL-Z11, que lleva de Calmarza a las Hoces del Mesa y Los Villarejos.

Las dos joyas del patrimonio natural son el Mirador de los Buitres y la cascada del Pozo Redondo. El primero está próximo a la zona del Villar, la de los pajares, y se llega tras un cómodo paseo plano de 700 metros desde el área en la que puede dejarse el vehículo, o bien en un paseo por camino de unos 3 kilómetros desde el pueblo. La vista es sencillamente impresionante, con vuelos continuos de buitres y alimoches para deleite de los aficionados. El segundo está al lado de la antigua Teledinámica del Mesa, fundada en 1801; fue una ‘fábrica de luz’. José Manuel, un andariego vocacional, cataloga la cascada de un modo muy directo. "Es lo más bonito que hay en el pueblo, la gente viene y la admira;no tiene mucho tamaño, pero sí una gran belleza".

Calmarza tiene un hijo predilecto, el arzobispo de Zaragoza Vicente Alda, nacido en la localidad en 1839. Fue el impulsor de la ermita del Villar, que está consagrada a la Virgen del Pilar, para que los que subían a los pajares a trabajar largas temporadas pudieran oír misa allá sin tener que bajar al pueblo. Se sube en romería el primer fin de semana de mayo, con comida popular incluida.

Con los vecinos castellanos hay buena relación, sobre todo con los más cercanos, los de Algar de Mesa, que ya es Guadalajara y dista apenas 6 kilómetros de Calmarza. Vicente, no obstante, es claro. "En Algar quedan cuatro, como aquí, pero es verdad que siempre nos hemos llevado bien, somos buenos vecinos los dos".

La Torre del Señorío y la Cueva de las Brujas, dos iconos del pasado

El lugar donde se asienta hoy Calmarza era en 1328 un señorío de los canónigos de Santa Cristina de Calatayud. Perteneció más tarde a los Heredia de Sisamón y en el siglo XV pasó a formar parte de los dominios de los Palafox, marqueses de Ariza, quienes construyeron la llamada Torre del Señorío. Es un edificio de mampostería, con las esquinas reforzadas por sillares. Alcanza unos 12 metros, aunque es posible que en su día fuera más alta. En sus caras presenta los huecos de las antiguas ventanas, todos muy modificados excepto una ventana de doble arco enmarcada en sillares y dos pequeñas saeteras en la fachada principal. Está habilitada como vivienda particular, y es Bien de Interés Cultural desde 2006. Otro enclave interesante en el pueblo es la llamada Cueva de Las Brujas, donde se llevaba a cabo una curiosa tradición infantil: los niños se metían con suelas de las zapatillas encendidas para ver en la oscuridad. Lo de brujas se atribuye a una leyenda que involucra a varias curanderas.

En datos

Comarca: Comunidad de Calatayud

Población: 59

A Zaragoza: 135 km

Los imprescindibles

Barranco de la Tejera

Es un paraje realmente espectacular que conserva restos de las antiguas caleras, antaño ocupación popular en la localidad. Está junto al estrecho barranco del Hocino, un muro muy largo, de unos doscientos metros.

La Asunción

Iglesia barroca del siglo XVIII, en mampostería y ladrillo, con planta de cruz latina, que se asoma en cornisa al valle del río Mesa. Los tres tramos de la nave, los brazos del crucero y el presbiterio se cubren con bóvedas de medio cañón.

Las fiestas

La Asociación Hermanos de San Blas se encarga de las fiestas del santo, que son el 3 de febrero. Se celebran en su día y tienen un reflejo ampliado en agosto, el tercer domingo, para que los veraneantes también la disfruten.

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