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Colas a la intemperie, llueva o nieve, para recoger el correo en Monzalbarba

Los vecinos de este barrio rural, que perdió su oficina de Correos en 2016, piden a la empresa pública que acceda a dar su servicio en la oficina municipal que les ofreció la alcaldía.

monzalbarba
Cola para recoger cartas y paquetes en Monzalbarba.
O. A.

Nieve, llueva, truene o haga un sol de justicia, los vecinos del barrio rural de Monzalbarba han de hacer colas al aire libre para recoger sus paquetes ante la ausencia de una oficina de Correos en la que poder gestionar su correspondencia. Cansados de la situación que tienen que vivir a diario, han decidido dar a conocer el problema través de las redes sociales para reclamar un servicio “más eficiente” y, sobre todo, a cubierto.

“Ahora solo tenemos 15 minutos para coger cartas y paquetes en el coche particular del cartero”, lamenta Laura Molina, vecina de Monzalbarba. “El viernes pasado llovía a cántaros y estuve esperando 20 minutos de reloj a que me dieran la carta. Además, cuando sopla el cierzo se nos vuelan los papeles. Esto no es nada eficiente”, considera. Y es que tras el cierre en 2016 de la oficina de Correos del barrio, la población dispone de lo que denominan “servicio al paso”, es decir, el cartero realiza su ronda habitual por las casas de Monzalbarba y, de 9.30 a 9.45, permanece en la calle Mosén Miguel Marín, junto a la antigua oficina para realizar el resto de repartos. “Me parece vergonzoso, y para el pobre cartero igual”, señala Molina.

Los inconvenientes comenzaron en mayo de 2016, cuando empezaron los rumores de que Correos, que utilizaba un local municipal cedido expresamente para ello por la alcaldía, iba a echar la persiana de la única oficina del barrio. Comenzó así un intercambio de misivas, reclamaciones y escritos entre el alcalde de Monzalbarba y la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos. La DGA y el Ayuntamiento de Zaragoza también actuaron como intermediarios, pero no lograron ejercer la suficiente presión como para convencer a la empresa de que mantuviera abierta la oficina. “Hicimos una inversión para ampliarlo y mejorarlo para que estuvieran más cómodos y, de la noche a la mañana, se fueron”, asegura Joaquín Tiestos, alcalde del barrio.

La decisión no sentó demasiado bien entre los vecinos del barrio, que no llegaron a entender nunca por qué abandonaron un local que no les suponía ningún coste y facilitaba enormemente los trámites de los cerca de 2.000 residentes con los que cuenta Montañana. Ahora, si quieren hacer algo tan sencillo como certificar una carta, tienen que recorrer los 4,3 kilómetros que los separan de Utebo, que sí que cuenta con una oficina. “No hemos pedido nada, ni ampliaciones de horario, ni de personal… tan solo que den un servicio adecuado, en el local, aunque sea diez minutos al día”, argumenta Tiestos.

Aunque la de volver a disponer de una oficina como la que había hasta 2016 no es la única opción que se baraja en el barrio. Para vecinos como Molina, la solución podría ser todavía más sencilla. “Que le den la llave del local al cartero y, aunque solo sea para estar los 15 minutos que tiene que estar prestando el servicio, podamos meternos con él en la oficina”, sugiere.

El alcalde del barrio rural, por su parte, asegura que son muchas las quejas que han llegado a la alcaldía sobre el asunto de Correos, e insiste que desde la administración “han hecho todo lo posible” para recuperar su oficina. “Hay que dejar claro que este servicio no depende de la alcaldía ni del Ayuntamiento de Zaragoza, y que desde aquí hemos acudido a todas las instituciones”, señala Tiestos, que advierte de que la situación actual supone una carga para los propios trabajadores. “Los empleados que vienen aquí están trabajando el doble de lo que deberían”, comenta.

Desde Correos, aseguran que el reparto actual de cartas y paquetería en Monzalbarba “no presenta retrasos” y que “más del 90% de las cartas se distribuyen en tres días hábiles después de su depósito”. Además, recuerdan que desde el 1 de marzo de 2019, el reparto lo realiza un empleado con un puesto de trabajo fijo en la compañía, “lo que repercute en mayor y mejor conocimiento de su zona”.

Citando un apartado del reglamento, el artículo 29 del RD 1829/99 del 3 de diciembre, alegan que “en aquellas poblaciones o núcleos de viviendas no atendidos por una oficina del operador al que se ha encomendado la prestación del servicio postal universal, la admisión de dichos envíos postales podrá hacerse por el personal encargado del reparto domiciliario, al tiempo que realiza éste, a cuyo efecto se informará a los vecinos de estos núcleos del horario habitual de paso del dicho personal”.

En uno de los escritos que Correos hizo llegar a la alcaldía del barrio señalaban también que Unas explicaciones que nunca han convencido a los residentes, que, de momento, tendrán que seguir persiguiendo al cartero a la espera de poder volver a contar con esas cuatro paredes.

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