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El sueño reparador de ‘La siesta’

La obra premiada con la Medalla de Plata en la II Bienal de Pintura y Escultura de Zaragoza de 1963 y donada a la ciudad por el escultor turolense Enrique Galcerá fue retirada en agosto del año pasado para su restauración.

Escultura 'La siesta', del turolense Enrique Galcerá
Escultura 'La siesta', del turolense Enrique Galcerá
Ayuntamiento de Zaragoza

Los museos del Ayuntamiento de Zaragoza celebraron el pasado sábado el Día Internacional de los Museos con un récord histórico: más de 18.500 personas -el doble con respecto al año 2018- que del 13 al 19 de mayo pudieron disfrutar de cerca de 50 actividades programadas en diferentes galerías municipales.

Aunque el arte no solo se encuentra en los museos; algunas obras conforman el paisaje y la identidad cultural de la ciudad y por ello desde el área del Cultura del Consistorio se aprovechó para mostrar en las redes sociales el progreso en los trabajos de restauración de la escultura ‘La siesta’, del turolense Enrique Galcerá. Las grietas del tiempo se habían acrecentado, sobre todo, por su permanente exposición al aire libre y al clima de la ciudad.

La Unidad de Patrimonio Cultural de Ayuntamiento retiró en agosto del año pasado la obra para su limpieza y reparación. La escultura realizada en piedra caliza por Galcerá, artista de Mazaleón formado en Barcelona, fue premiada con la Medalla de Plata en la II Bienal de Pintura y Escultura de Zaragoza en 1963, y donada a la ciudad por el artista. Según recoge el catálogo municipal, representa a “una joven campesina con pañuelo en la cabeza y sucinto vestido que deja sus brazos y piernas al descubierto, apoyando su cabeza sobre un haz de mies con los ojos cerrados”.

El estilo de esta obra es de corte clasicista con “cierta dosis de modernidad en el tratamiento de las vestimentas, insinuadas únicamente por la simulación de varios pliegues, y en la frescura y espontaneidad con la que la muchacha ha sido captada”, se añade en la ficha de la relación sobre arte público del Consistorio zaragozano.

El objetivo es “devolverle su esplendor original"

Desde el retiro de su actual emplazamiento en el comienzo del paseo de Sagasta, donde permaneció hasta que allí se instaló el actual Monumento a la Constitución, en 1989-, el sueño reparador de ‘La siesta’ prosigue con el trabajo de restauración de los técnicos de Patrimonio Cultural en sus instalaciones del antiguo Cuartel de Pontoneros. El objetivo es “devolverle su esplendor original y volver a colocarla en el mismo lugar que ocupaba”, una vez terminado el proceso aunque desde el Consistorio no se ha desvelado por el momento cuándo concluirá esta actuación.

De ‘La siesta’ a ‘Las aguadoras’

En la década de los 70, el escultor Enrique Galcerá recibió un encargo municipal para el barrio de Las Fuentes, que curiosamente no contaba con ninguna fuente ornamental. El director ingeniero del Servicio de Parques y Jardines, Rafael Barnola, realizó un boceto y contacto con el artista, quien trasladaría este trabajo a su esposa, la escultora Luisa Granero, quien fue la primera mujer catedrática de Escultura de España, en 1964. Así, Granero diseñó la obra situada a la entrada del popular barrio zaragozano y en 1978 las figuras del grupo escultórico ya habían sido esculpidas en el taller barcelonés de la artista.

Enrique Galcerá era hijo de otro notable escultor, Frederic Galcerá, autor entre otras obras de la figura de Sant Jordi (1926) que se encuentra en el Patio de los Naranjos del Palau de la Generalitat, en Barcelona. Inició su formación en la Escuela Superior de la Llotja de Barcelona y en la Escuela Massana. Más tarde, llegaría a ser catedrático de Anatomía en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona y en su trayectoria recibió varias distinciones, entre ellas la Medalla de la Academia de Bellas Artes de Barcelona, la Tercera Medalla de la Exposición Nacional de Madrid o la citada de la Bienal de Zaragoza, en 1963.

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