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Ruesca: la vid que da vida y el museo que la mejora

Este municipio agrícola casi al cien por cien es la sede de una formación geológica impresionante y el pueblo de Víctor Calvo: su museo casero está sin duda entre los más singulares de Aragón.

En Ruesca, la vid es la divisa, el motor de vida que desde tiempos remotos ha sustentado la economía del pueblo. Cristina Calvo es rosquina; decidió quedarse en el pueblo que también es de su marido, agricultor, porque a él le encanta trabajar la tierra y a ella su pueblo, todo lo que le ofrece. Así las cosas, sin edulcorar la realidad ni dejar tampoco de buscarle el lado positivo a los datos, Cristina habla con orgullo de Ruesca. “Entre semana estamos muy pocos aquí; los fines de semana sí se ve gente, porque estamos a mano de Zaragoza y núcleos más grandes. Somos cuatro los matrimonios aún en activo que decidimos hace mucho quedarnos a vivir aquí, en un pueblo que es casi cien por cien agrícola, y a pesar de las dificultades no nos arrepentimos. Hay tres chavales que han decidido quedarse aquí como agricultores: el relevo llega”.

Mientras eso ocurre, también se acuerdan en Ruesca de los vecinos que marcaron y marcan la pauta en el plano social. Por ejemplo, Paz Campos, abuela de Cristina; a la nieta le da algo de vergüenza hablar sobre ella, pero Paz es recordada como una persona muy abierta para sus tiempos, que sabía leer y escribir y enseñó a mucha gente a usar la máquina de coser: ayudaba a quien se lo pedía a escribir cartas y era muy resuelta, siempre dispuesta para echar una mano: vivió hasta los 92 años.

La uva, fundamental

Además de la vid, que es lo principal, aquí hay algo de almendro, cerezo o ciruelo. No es un término muy grande, así que todos buscamos un refuerzo, porque con este clima tienes que tener opciones; a veces se hiela la primera opción, otras puedes tener de todo. Trabajamos con la cooperativa de Miedes para la vid, da seguridad porque funciona muy bien; lo demás lo llevamos al mercado. También hay granjas de pollos y cerdos, de intensivo”.

Existe una Asociación de desarrollo de Ruesca, que aunque no está tan activa como se desearía no ha dejado de organizar actividades: viajes, sobre todo, reuniones gastronómicas y el belén de la plaza. También apoyaron el año pasado al Geolodía que tuvo como escenario Valdelosterreros. No hay tienda ni casa rural, pero sí fiestas muy apreciadas. “Tenemos el patrón, San Valero, el 29 de enero, con hoguera incluida y baile en procesión, y San Ramón el 31 de agosto. El 17 de enero, con San Antón, otra hoguera y merienda gracias a la cofradía del santo. En Semana Santa hay procesión de Viernes Santo por familias; existen unos responsables que llevan la Virgen, el Cristo y la Santa Cruz. En San Valero se hacía antes fiesta la víspera, el santo y la ‘abuela’, que era como se llamaba al día 30. Ahora la abuela ya no –ríe– y a veces se complica todo, porque es fiesta aquí y en Zaragoza, pero en Calatayud no, y los críos tienen que ir al colegio”, explica Cristina. Hay un peirón de San Valero junto a la fuente del santo, de cinco caños, con pilón y lavadero cubierto. El agua es recogida en la balsa que también lleva el nombre del patrón.

El increíble Víctor

A Cristina se le ilumina la cara al hablar de su vecino más popular en la comarca: Víctor Calvo. Víctor tiene en su bodega un museo de inventos propios, objetos antiguos y fósiles. “Le encanta enseñarlo. Es majísimo”, dice. A los 88 años, y tras algunos quebrantos de salud, anda ahora con la energía intacta. “Ya vino la televisión aquí, me dijeron una vez si quería ir al estudio, pero no pude; ojalá pueda pronto”, dice. Y sin pausa, empieza a mostrar los tesoros de su colección, desde huesos de saurios hasta piedras con icnitas grabadas, una torre de botellas de pacharán con bombillas dentro de cada botella, una genealogía del apellido Calvo. “No fui a la escuela, pero me he dado maña. Me gusta inventar cosas, tengo patentes”, explica. Y muestra un tubito que saca vino de los toneles por un conducto que se activa por interruptor eléctrico, junto a una mesa giratoria, taburetes con cuerdas que se convierten en mesitas plegables y que Víctor se lleva al campo, cajitas de música... de todo. Además, adivina cosas, hace trucos de cartas, analiza las estrellas con saber intuitivo... un portento. “Si te fijas en esas cuatro estrellas, parece una habitación en el cielo. Y mira el sol, y este calendario que tengo de su camino. ¿Sabías que el día de San Matías y el Día del Pilar, el sol se pone en el mismo sitio?”.

Valdelosterreros, anfiteatro del tiempo

Saliendo del pueblo en dirección al limite del término con Orera se puede disfrutar del paraje de Valdelosterreros (punto LIG, lugar de interés geológico) que fue escenario del Geolodía de la provincia de Zaragoza el año pasado, con un completo programa de actividades que incluyó visitas guiadas, talleres docentes y explicaciones sobre el terreno.

Este año, el Geolodía se celebrará el segundo fin de semana de mayo. A mediados de la anterior legislatura municipal se colocó el mirador y los paneles informativos en el borde de esta impresionante colección de cárcavas, amén de los terrenos cultivados del municipio. El equipo investigador formado por Marcos Aurell, Antonio Casas, Óscar Pueyo y José Luis Simón recuerda que al lugar se le llama el anfiteatro del tiempo, por su excepcional disposición y las facilidades para el visitante a la hora de distinguir las diferentes capas, en forma de superposición de los ciclos sedimentarios de origen lacustre.

El lugar fue centro de juegos infantiles: se utilizaban las laderas como ‘esbarizaculos’. Además de interés meramente geológico, hay una pequeña planta endémica aragonesa en los alrededores, la Centáurea Pinnata, que corre peligro. Está en las sierras de Armantes, La Virgen, Algairén, Pardos y Santa Cruz, además del paraje de La Cocha, muy próximo a Calatayud.

Los sedimentos de Valdelosterreros alternan los estratos de arcillas y carbonatos, que se asocian formando ciclos. Se han identificado en el entorno 91 ciclos de arcilla rojiza/gris y dolomía blanca de 1 a 2 metros de espesor, lo que representan un total de 160 metros de sucesión sedimentaria. La sucesión de Valdelosterreros se depositó en el lugar durante el Mioceno, concretamente en el intervalo que va desde los 12,8 a los 10,7 millones de años.

En datos

Comarca: Comunidad de Calatayud.

Población: 72

Distancia a Zaragoza: 87 km

Los imprescindibles

El torreón

El castillo de Ruesca s una construcción gótica de carácter defensivo, levantado en el siglo XIV en lo alto de un promontorio que domina el caserío del pueblo. Solamente se conserva un torreón rectangular, asegurado recientemente.

PR-Z-94

Este sendero recorre las sierras cercanas, enlazando las localidades de sus faldas, de Miedes de Aragón a Calatayud; en sus cuatro primeras etapas hace bucles, y el primero conecta en círculo Miedes y Ruesca.

Santo Domingo de Silos

En la parroquia aparecieron unas pinturas al vino al caerse un retablo; estaban detrás. Salieron del pueblo con destino museístico, previa parada en Calatayud. En Ruesca también destaca la ermita de San Ramón, a la entrada.

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