operación illinois

La segunda fase de la Operación Illinois contra el tráfico de armas se salda con un nuevo detenido

La Guardia Civil registró una vivienda en Las Fuentes y otra en Garrapinillos, donde en 2018 se halló un arsenal.

La calle del Monasterio de Veruela, del barrio de Las Fuentes, recuperó el jueves la normalidad.
La calle del Monasterio de Veruela, del barrio de Las Fuentes, recuperó el jueves la normalidad.
Oliver Duch

La segunda fase de la Operación Illinois llevada a cabo por la Guardia Civil en los barrios de Las Fuentes y de Garrapinillos este pasado miércoles se ha saldado, por el momento, con una persona detenida y la incautación de material. El arrestado, del que no ha trascendido su identidad, será puesto hoy a disposición judicial.

La operación policial así bautizada se inició en 2017 y culminó en junio de 2018 con la detención de Iván L., de 35 años, y el hallazgo en la finca que ocupaba en Garrapinillos de un arsenal de armas prohibidas y todo tipo de productos para la fabricación de explosivos. Los agentes encontraron en una nave anexa a la vivienda gran cantidad de pistolas, fusiles de asalto, escopetas y un amplia gama de armas blancas, como hachas, puñales o machetes.

Pero lo que más sorprendió a los investigadores del Servicio de Información fue un lanzagranadas C-90 con su correspondiente munición, así como numerosos proyectiles de diferentes calibres para municionar el resto de armas de fuego.

Entonces se encontraron teléfonos móviles y documentación que, tras su estudio a lo largo de estos meses, se decidió registrar la vivienda de la familia del acusado en la calle de Monasterio de Veruela, así como la finca de Garrapinillos en busca de más material.

“Hacía un par de días que veíamos por aquí a los agentes secretos, aunque hasta que no hicieron la intervención y llegaron sus compañeros de uniforme no nos dimos cuenta de que eran guardias civiles”, señalaron varios vecinos de la calle de Las Fuentes. Desde los privilegiados escaparates de sus tiendas habían detectado su presencia y su actitud de vigilancia en torno al portal número 4.

“Parecían una muralla”

A pesar de que el jueves no había ni rastro del dispositivo, el impresionante despliegue de funcionarios, muchos de grupos especiales, armados, con la cara cubierta con pasamontañas y acompañados de perros adiestrados en la detección de explosivos, estaba en la mente de los vecinos.

“Era sobre las 13.00, iba a cerrar el negocio pero cuando quise salir me dijeron, “señora, métase dentro y quédese ahí”. Se pusieron junto al cristal de la peluquería y parecían una muralla”, recordaba ayer la dueña del establecimiento. La mujer reconocía que se quedó asustada e impresionada. Como ella, otros residentes pensaron que se trataba de terrorismo yihadista.

Algunos también recordaban a Iván L. L. como el joven que ha residido “prácticamente toda su vida” en la casa que registró la Guardia Civil  (su domicilio familiar) y que desde junio de 2018 está en prisión preventiva. “No ha estado nunca muy centrado y ha tenido algún problema ya con la Justicia”, indicaba uno. De hecho, Iván L. fue condenado en 2006 a tres años de cárcel por tráfico de drogas, en una operación en la que la Policía lo detuvo junto a otras cinco personas tras una investigación y una serie escuchas telefónicas que les permitieron incautarse de una buena cantidad de anfetaminas, pastillas y dinero. En aquella ocasión, los acusados reconocieron los hechos, lo que les supuso que la Fiscalía rebajara de cinco a tres años su petición de condena.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión