tribunales en zaragoza

A juicio por una venganza a machetazos en pleno centro de Zaragoza

Acusan a dos hombres y una mujer de tentativa de asesinato por las graves lesiones que sufrió la víctima, a la que casi amputan un brazo.

machete
Los policías taponaron las graves heridas de la víctima y evitaron que se desangrara.
HA

La Audiencia de Zaragoza sentará el próximo mes de abril en el banquillo de los acusados por tentativa de asesinato a los dos hombres que estuvieron a punto de matar a otro a machetazos durante las fiestas del Pilar de 2017. Los hechos se produjeron a primera hora de la mañana en plena calle de Conde Aranda, apenas media hora después de que la víctima sufriera el robo de su cartera a las puertas de una discoteca de Miralbueno y advirtiera a sus asaltantes de que los había identificado e iba a denunciarles. "Quédate con mi cara, que ya lo pagarás", le respondió uno de ellos. Y no tardaron en cumplir su amenaza.

El brutal ataque se produjo sobre las 7.50 del 14 de octubre junto a una parada del autobús de la línea 33. Según la Fiscalía y la acusación particular, a cargo de la abogada Lourdes Barón, los dos responsables del ataque fueron Jamal M., de 23 años, y Djamel M., de 25. Sin embargo, ambas acusaciones coinciden en que hubo una tercera persona implicada: Wafa R., pareja sentimental de Djamel. Y lo cierto es que los investigadores llegaron a la conclusión de que su participación fue esencial, ya que esta viajaba en el mismo autocar que el agredido y telefoneó a su novio para informarle del trayecto que estaban haciendo. De ahí que esta joven haya acabado también procesada por tentativa de asesinato y de forma subsidiaria, por homicidio frustrado.

Con la información que les facilitaron, los dos encausados esperaron la llegada de ese bus, se subieron en él y empezaron a intimidar a la víctima, S. M., de 45 años. "Ya estamos aquí, ahora qué", le espetaron, forzándolo a bajar a la altura del número 41 de Conde Aranda. Según las acusaciones pública y particular, una vez en la calle, lo primero que hicieron fue rociar en los ojos con un spray de autodefensa al hombre. Acto seguido, parece que Jamal M. sacó un machete de 50 centímetros (36 de hoja y 14 de mango) que ocultaba entre las ropas y lo utilizó para intentar acabar con la vida de la víctima.

Brazo "catastrófico"

El hombre sufrió numerosos cortes en distintas partes del cuerpo –cabeza, cara y extremidades–, aunque la más grave fue una muy profunda recibida en el antebrazo izquierdo. Los médicos describieron la lesión como "brazo catastrófico", ya que quedó prácticamente seccionado del tronco y ha perdido gran parte de su funcionalidad.

Alertada por los vecinos, la Policía Local envió enseguida varias patrullas que sorprendieron in fraganti a los agresores en el lugar de los hechos. Las acusaciones mantienen que, al ver llegar a los agentes, Djamel M. salió huyendo. Pero poco le importó la presencia policial a Jamal M., quien siguió lanzando puñaladas al herido con el machete hasta que los propios funcionarios se lo arrebataron de las manos.

Eran tantos los cortes que tenía el lesionado que sufrió una hemorragia aguda masiva. Según el ministerio público, de no ser porque los agentes taponaron de forma inmediata la herida y porque los sanitarios hicieron un gran trabajo, la vida del agredido hubiera peligrado. De ahí que ahora se pidan para los tres encausados penas que suman 42 años de prisión. Los abogados Javier Notivoli y Juan Carlos Macarrón, que defienden a los hombres encausados por agredir a la víctima, niegan la versión de las acusaciones.

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