día de la mujer

"Nos sobran los motivos"

Texto íntegro del manifiesto leído en la marcha de Zaragoza con motivo del Día de la Mujer.

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Un momento de la manifestación feminista de Zaragoza.
Francisco Jiménez

Por segundo año consecutivo, las mujeres de Zaragoza hemos ido a la Huelga Feminista. Cada 8 de Marzo celebramos la alianza entre mujeres. Nos precede una larga genealogía de mujeres activistas, sufragistas, sindicalistas, luchadoras. Las que trajeron la Segunda República, las que lucharon en la Guerra Civil, las que combatieron al colonialismo y las que fueron parte de las luchas antiimperialistas, las mujeres que sin reblar han luchado, resisten cada día y construyen cada día un mundo nuevo.

Desde el primer momento, este movimiento ha sido internacional e intergeneracional. Al grito de “ni una menos, vivas nos queremos” que lanzaron las feministas argentinas, se llevó a cabo la primera huelga global de trabajo productivo y reproductivo el 8 de marzo de 2017. Millones de mujeres de 70 países, desde Argentina a Polonia, desde Turquía a Estados Unidos, desde Brasil a Italia pasando por nuestras tierras, ocupamos las calles para hacer visibles nuestros trabajos, nuestras demandas y nuestros cuerpos.

En 2018 hicimos historia convocando la primera Huelga Feminista de la historia del Estado Español, y este año hemos demostrado que no nos conformamos con eso. No estamos aquí para desfilar un día al año, para ser un cupo más en los espacios de poder ni para que se aplauda a nuestro paso mientras el sistema que reproduce nuestra opresión sigue intacto. Por eso recurrimos a la huelga: porque es la herramienta más potente que tenemos para pararnos y cambiarlo todo.

Queda mucho por hacer y seguimos luchando. Somos miles, millones, de mujeres y vamos a por todas. La sororidad es nuestra arma; la acción multitudinaria es la que nos permite seguir avanzando. Hemos tejido redes y nos hemos reconocido en las otras. Este sistema patriarcal y capitalista nos quiere sumisas pero nos sabemos fuertes, organizadas y capaces. Queremos que nadie pueda mirar a otro lado frente a nuestras propuestas y nuestra centralidad en el mundo.

Nuestra identidad es múltiple, somos diversas. Cada día llenamos los barrios, las calles, las plazas, los mercados, los centros de trabajo y hoy, volvemos a hacerlo de la mano, para reivindicar que otro mundo es posible. Hoy paramos y salimos a la calle contra las desigualdades, violencias, opresiones, exclusiones y marginaciones que vivimos por el hecho de ser mujeres. Y sabemos, tenemos bien claro, que ¡nos sobran los motivos!:

- Porque nos queremos vivas y libres de violencias contra nuestros cuerpos y nuestras vidas. Queremos movernos en libertad por todos los espacios y a todas horas. Denunciamos la violencia sexual como expresión paradigmática de la apropiación patriarcal de nuestro cuerpo, que afecta de modo aún más marcado a mujeres en situación de vulnerabilidad como las migradas y trabajadoras domésticas. ¡No más feminicidios! Exigimos una depuración del sistema judicial que garantice que las denuncias lleguen a trámite, con mecanismos que no agoten y violenten a las mujeres durante el mismo y que sean efectivos. ¡Fuera los jueces machistas y racistas!

- Porque queremos escuelas que eduquen en igualdad, que ofrezcan a mujeres como referentes en nuestras aulas y nuestros centro de estudio. Porque la calle, la noche y las aulas también son nuestras. Unos contenidos didácticos que no refuercen una socialización por géneros para ocupar unos roles determinados en la sociedad. Reivindicamos el derecho a una formación afectivo-sexual que nos haga crecer en la diversidad, sin miedos, sin complejos y que no permita ni una sola agresión machista ni LGTBIfóbica en las aulas.

- Porque estamos hartas de discriminación laboral, exigimos la anulación de la enmienda 6667 y la inclusión de las trabajadoras del hogar y de cuidados en el régimen general de la seguridad social, además de medidas concretas contra el acoso sexual en el trabajo. Exigimos acabar con el suelo pegajoso, ese concepto muy real que nos impide salir de la precariedad. Resignificar el trabajo, su valor y productividad, de modo que se valoricen los trabajos que generan bien común y la sostenibilidad medioambiental. ¡Derechos laborales para todas! ¡A igual trabajo, igual salario!

- Porque el trabajo doméstico y de cuidados que hacemos es imprescindible para el sostenimiento de la vida y mayoritariamente es gratuito o está devaluado, mal pagado o en economía sumergida, es una trampa del desarrollo capitalista. ¡Nosotras sostenemos la vida! Reivindicamos que el trabajo de cuidados se reconozca como un bien social y exigimos la redistribución de este tipo de tareas. Porque queremos ser libres para elegir cuidar y, si cuidamos, que se reconozca y contabilice en nuestras pensiones. Porque estamos hartas de pensiones de miseria y de la marginación social de las mujeres mayores.

- Porque queremos ser autónomas para decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas sin que se nos infantilice, o se nos cosifique. Exigimos acabar con la patologización y exotización de nuestros procesos vitales. Denunciamos la LGTBIfobia social, institucional y laboral que sufrimos muchas de nosotras, como otra forma de violencia machista. ¡Basta de discriminación por nuestras orientaciones e identidades sexuales!

- Porque ser mujer es causa principal de pobreza y precariedad, gritamos fuerte contra el neoliberalismo salvaje y las lógicas de acumulación y desposesión a nivel mundial que destruyen nuestro planeta y nuestras vidas. Exigimos que se reviertan los recortes en educación, sanidad y dependencia constituyendo una red exclusivamente pública.

Reivindicamos desarrollar un proyecto vital con dignidad y autonomía. ¡No a los desahucios! ¡Ni una sola familia en la calle!

- Porque queremos romper con las fronteras, el racismo y la xenofobia que nos atraviesa y recorre toda la sociedad. Para que ninguna mujer tenga que migrar forzada por las políticas coloniales, neoliberales y racistas del Norte Global, que producen situaciones económicas, bélicas, sociales y ambientales insostenibles. Exigimos la derogación de la Ley de Extranjería, el cierre de los CIEs y el fin de las redadas racistas. ¡Ninguna mujer es ilegal!

Hacemos huelga de cuidados, de consumo, laboral y educativa para construir una economía sostenible, justa y solidaria que gestione los recursos naturales de forma pública y comunitaria, que esté en función de las necesidades humanas y no del beneficio capitalista. Para que logremos el acceso universal a los bienes naturales imprescindibles para vivir y priorizar los derechos comunitarios frente a los intereses privados.

En este último año, las mujeres hemos demostrado que cualquier intento de recorte de derechos, cualquier ataque a nuestras libertades, cualquier decisión política que nos condene a vidas de miseria, nos encontrará delante, en las calles y organizadas.

MUJERES, COMPAÑERAS: ¡VIVA LA HUELGA FEMINISTA! ¡VIVA LA LUCHA DE LAS MUJERES!

La huelga feminista no acaba hoy, la lucha no es sólo el 8 de marzo:

¡SEGUIREMOS HASTA CONSEGUIR EL MUNDO QUE QUEREMOS!

¡Por nosotras, por las que han estado, por nuestras hijas y nietas, por nuestras madres y por las que no pueden estar! No vamos a permitir NI UN PASO ATRÁS.

ISTA ISTA ISTA, ZARAGOZA FEMINISTA

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