La iglesia de la Magdalena, objeto de pintadas vandálicas

La fachada del templo, cuyas obras de restauración terminaron en agosto, están llenas de grafitis.

Pintadas en la iglesia de la Magdalena
Pintadas en la iglesia de la Magdalena
Toni Galán

La zaragozana iglesia de La Magdalena se ha convertido en un objetivo habitual de los vándalos. Las fachadas del templo, cuyas obras de restauración terminaron hace solo unos meses, están ya llenas de pintadas.

Apenas quedan paredes en el exterior del edificio que se hayan librado de los grafitis. Firmas, insultos a la iglesia, y un "indar gorri aurrera" (la denominación de los hinchas radicales del club de fútbol Osasuna) 'adornan' el edificio, que lleva 16 años cerrado al culto y cuya reapertura está prevista para los próximos meses.

Los trabajos de rehabilitación del edificio terminaron el pasado 31 de julio. Las labores se han ido acometiendo por fases y en la última de ellas, la que comenzó hace un par de años con un presupuesto de 1,3 millones de euros, se abordó la restauración de las fábricas de ladrillo, las vidrieras y las carpinterías. Además, se eliminaron las humedades del interior, para lo que fue preciso diseñar una galería subterránea que permite transpirar a los muros y evita que se debilite la cimentación de la parroquia. El codirector de los trabajos, el arquitecto Fernando Arregui, explicaba en su día que las filtraciones eran endémicas en el interior del templo y ascendían hasta los cinco metros, arruinando -incluso- las decoraciones mudéjares.

Para crear esta cámara sanitaria -una suerte de galería bajo el pavimento por la que circula el aire- hubo que hacer una excavación arqueológica en el sótano, bajo el coro, y como era de esperar se encontraron numerosos restos óseos. Los más antiguos databan incluso del siglo XIV y todos ellos se fueron guardando en cajas estancas y que se han vuelto a inhumar en el nuevo templo.

El pasado 20 de diciembre, el Arzobispado recibió las obras de restauración, aunque todavía se llevan a cabo trabajos imprescindibles para la reapertura del templocomo la habilitación de la cripta, la limpieza de los bienes muebles y la disposición del espacio celebrativo (coro, presbiterio y nave). Se prevé que estas labores estén terminadas en los próximos meses.

Una de las novedades de esta reapertura será la posibilidad de que los zaragozanos recorran el interior de la torre mudéjar, de 47 metros de altura. Aunque aún se está estudiando el régimen en el que podrían hacerse estas visitas, la intención es crear un acceso independiente por la portada medieval de la calle Mayor para no interferir en el horario de misas. Igualmente se contempla la posibilidad de que se pueda crear un museo en la antigua casa del campanero.

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