El Ayuntamiento solo pone 20 multas por grafitis al año, pese al coste millonario que suponen

El Consistorio limpia a diario unas 90 pintadas de media y tiene que destinar 1,5 millones al año por el vandalismo.

La iglesia de la Magdalena ha sido objeto de pinturas vandálicas en las últimas semanas.
La iglesia de la Magdalena ha sido objeto de pinturas vandálicas en las últimas semanas.
Toni Galán

El Ayuntamiento ha impuesto en los últimos dos años cuarenta sanciones por pintadas y grafitis en la ciudad de Zaragoza. Unos datos facilitados ayer que contrastan con la cantidad de ‘firmas’ que se estampan todos los días en las paredes de los edificios, y con el coste que su eliminación tienen para las arcas municipales.

El concejal de Servicios Públicos, Alberto Cubero, especificó ayer que el año pasado se impusieron doce multas por pintadas y ocho por grafitis. En 2017 fueron doce y siete, respectivamente. El edil señaló que no conoce la cuantía exacta de las sanciones, pero apuntó que esta "puede variar" si el edificio es Bien de Interés Cultural (BIC), si resultan especialmente difíciles de eliminar... En cualquier caso, pueden oscilar entre los 80 y los 750 euros. En los últimos años, además, el Ayuntamiento ha abierto la posibilidad de sustituir la multa económica por trabajos en favor de la comunidad.

La evolución en el número de sanciones va a la baja, ya que en 2015, solo en grafitis, fueron 45, de las cuales 12 se convalidaron por trabajos comunitarios. Además, contrastan fuertemente con el coste que la limpieza de estas pintadas tiene para las arcas municipales. Según los datos de FCC, cada año hay que destinar alrededor de 1,5 millones de euros en eliminar los grafitis que aparecen en la ciudad, con la Magdalena y otras zonas del Casco Histórico como epicentro.

Las cifras hablan de que el promedio anual es de casi 30.000 pintadas en la ciudad, lo que hace que se retiren una media diaria de más de 90. El servicio de limpieza tiene brigadas específicas que se encargan de estos trabajos. Las pintadas suelen ser simples firmas o mensajes dirigidos a personas, instituciones, empresas...

El Ayuntamiento mantiene que en los últimos años no hay más pintadas y grafitis, sino que se trata de un mal endémico que afecta a toda la ciudad y que no respeta a casi ningún edificio. Recientemente, la iglesia de la Magdalena, que es Bien de Interés Cultural y que está recién restaurada, sufrió decenas de ‘garabatos’ que han afeado el resultado de los trabajos de reforma.

Tras la inauguración de la Expo de 2008, muchas de las obras de la ‘nueva’ Zaragoza también sufrieron con crudeza el vandalismo, con mención especial a puentes como el del Tercer Milenio o la pasarela de Manterola. De hecho, el Ayuntamiento llegó a instalar cámaras de videovigilancia para poder perseguir los actos incívicos que sistemáticamente se producían en el entorno de la muestra de Ranillas.

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