Otra forma de recibir la Navidad: con danzas del mundo

Se trata de la octava edición de ‘Bachiller Dance’, una cita protagonizada por 80 estudiantes del Instituto Benjamín Jarnés de Fuentes de Ebro que interpretan diversos bailes típicos

Los alumnos del Instituto Benjamín Jarnés celebran la Navidad
Los alumnos del Instituto Benjamín Jarnés celebran la Navidad

Desde hace ocho años los alumnos del Instituto Benjamín Jarnés de Fuentes de Ebro celebran la Navidad bailando, pero no de cualquier forma. Se trata de la cita denominada ‘Bachiller Dance’, en la que cada año los estudiantes de 1º de Bachiller del centro, de la mano de su profesor de educación física y, en este caso, de baile; Pepe Asensio, ofrecen a sus vecinos y amigos un espectáculo protagonizado por el baile de salón y las danzas del mundo.

Este viernes, 21 de diciembre, los 80 estudiantes de 1º de bachiller no han querido faltar a su cita musical en la que han contado con más de 800 espectadores en un pabellón repleto hasta la bandera. Todos uniformados con pantalón negro y camisa blanca, las 40 jóvenes parejas han interpretado dos disciplinas de baile de salón –una bachata y un mambo- para dar paso a las danzas internacionales.

“Cada año elegimos unas danzas de diferentes lugares del mundo, y en esta ocasión nos hemos decantado por una danza hebreo-judía (‘Hora Medura’) conocida como la danza del fuego, y una danza serbia (‘Davorike Dajke’ o danza del saludo a la naturaleza) para la despedida”, explicaba Asensio. “Es una gran satisfacción sacar adelante año tras año un proyecto así en el que chavales de 16 y 17 años, que supuestamente pasan de estas cosas, sacan toda la fuerza que llevan dentro a través de algo tan bonito como es el baile”, reivindica.

Desde el 15 de octubre, este profesor, natural de Ejea de los Caballeros, ha destinado un total de 14 clases de una hora a los ensayos de este espectáculo, a los que se sumaron casi una decena de recreos. “En la primera edición, en 2011, contamos con 14 parejas y apenas 200 personas de público. Cada año crecemos más y más”, asegura Asensio para el que esta acogida supone un orgullo y una gran satisfacción.

Una de las novedades de esta edición es que, por segundo año consecutivo, los profesores forman parte del show. En esta ocasión un total de 18 docentes de diferentes disciplinas. “Es una forma diferente de pasar tiempo juntos como compañeros de trabajo, pero también con nuestros alumnos”, opina Alejandro González, profesor de apoyo del centro que, además, comparte pista con su hija Ángela. En su caso, se trata de la primera vez que forma parte del ‘Bachiller Dance’, no como Pilar Lostale (profesora de Grado Medio de Administración) o Pilar Larranz (profesora de Física y Química) que se han apuntado a las dos ediciones.

“Creo que es una buena manera de interactuar y compartir tiempo con nuestros alumnos, ya que muchas veces se piensan que no tenemos vida fuera de las aulas. Nos hace parecer más humanos para ellos”, asegura Larranz, que opina que este tipo de actividades influyen también en su interacción dentro del aula.

Una tradición única en Aragón

Segundos antes de salir a la pista, entre los participantes se palpan los nervios previos al gran estreno. Tras realizar su grito de guerra, de forma ordenada, pareja a pareja comenzaba a ocupar la parte central de la pista recibidos por un caluroso aplauso del público presente que casi hacía olvidar los apenas 5º de temperatura del recinto. “Me ha parecido muy bonito, no sabía que se organizase una actividad como esta en el pueblo y me ha encantado”, opina Eva Ginés, madre de una de las participantes. “Todo lo que sirva de complemento educativo para los chavales está perfecto”, añadía Agustín Rodríguez, padre de una de las jóvenes.

Para Rocío Riva y Saray Rodríguez supuso un auténtico reto salir a la pista a bailar bachata. “Estábamos muy nerviosas pero la verdad es que ha sido muy divertido y emocionante”, explicaban las jóvenes. Por su parte, José Kolly y Marino Casanova, otros dos bailarines, afirmaban estar “muy contentos” tras la actuación. “Esto es una cosa que no se hace en otro instituto de Aragón y para nosotros es un orgullo formar parte de algo así y que se llene el pabellón para vernos”, afirmaban los jóvenes. “Yo he venido a ver el festival desde la grada cuando era pequeño y siempre pensaba que las ganas que tenía de que me tocase a mí”, reconoce Casanova.

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