El reciclaje obligatorio de basura orgánica se estrena con dudas de vecinos y comerciantes

La zona afectada se dividió entre los concienciados con el sistema, los escépticos y los que no lo tenían del todo claro. Afecta a 18.000 hogares y tiendas de Delicias, Centro y Universidad.

Carmen Serrano, vecina de Gran Vía, estrenó ayer el cubo marrón de basura orgánica.
Carmen Serrano, vecina de Gran Vía, estrenó ayer el cubo marrón de basura orgánica.
Toni Galán

El reciclaje obligatorio de basura orgánica se estrenó ayer en casi 18.000 hogares y comercios del Centro, Las Delicias y Universidad. Lo hizo con actitudes que fueron desde quienes estaban totalmente informados y plenamente concienciados de la necesidad de aplicar el nuevo sistema, a quienes directamente decían que no piensan seguirlo. Entre ambos extremos, muchas dudas y, en algunos casos, falta de información.

La recogida selectiva de basura afecta en este caso a una amplia zona que queda encerrada entre el paseo de Pamplona, Hernán Cortés, el paseo de Teruel, la avenida de Goya, las calle de Santander, Duquesa Villahermosa, Franco y López, Corona de Aragón, San Juan de la Cruz, Martín Ruizanglada y Gran Vía. En total, casi 18.000 viviendas y comercios que deben cambiar el modo en el que se deshacen de sus residuos: en estas zonas ahora los lunes, miércoles, viernes y domingos se recoge la basura orgánica; los martes, jueves y sábados, la denominada fracción resto, lo que no se puede reciclar.

Es decir, si el seguimiento fuera el deseable, anoche en los camiones de FCC solo deberían haber entrado residuos orgánicos (restos de comida y de jardinería, tapones de corcho, infusiones, cáscaras de huevo y de marisco, posos de café, papel de cocina y palillos). Para ello, los bolsas que los vecinos dejaron en los mini-contenedores de sus portales deberían haber contenido únicamente este tipo de desechos, para llevarlos al vertedero de forma diferenciada y convertirlos en compost. Hoy, estas bolsas tienen que ser de fracción resto (pañales, residuos de barrer, colillas, textil sanitario, toallitas...). Y así sucesivamente.

Ayer había gente que lo tenía muy claro. Era el caso de Carmen Serrano, vecina de Gran Vía, quien se ha informado "hasta de dónde van las cápsulas de café". En su cocina ya se podía ver, por un lado, el cubo marrón de la basura orgánica recibiendo las primeras peladuras de zanahorias y patatas; y por otro, el de la fracción resto. Se confiesa "muy concienciada" con el reciclaje en general, hasta el punto de quitar la pieza de plástico que incluye el papel que envuelve el pan para reciclarlo correctamente. "Ahora incorporamos el orgánico y seguro que nos acostumbramos. Una vez que lo haces, ves horroroso reciclar mal", señala.

Paula Vázquez, otra vecina de esta misma calle, aún no había estrenado ayer por la mañana su cubo marrón, pero se confesaba "muy motivada" para hacerlo. "A ver dentro de dos semanas cómo estamos...", añadía. En su opinión, la información recibida había sido buena, y el material facilitado –cubo, imán para la nevera...– era correcto. La única queja de la comunidad era que, como el sábado "aquí no se recoge", hay casi cinco días en los que no pueden tirar la fracción resto.

Algo menos enterados estaban, de entrada, en el Súper Ecológico de Gran Vía. Al menos durante la mañana, la manera de deshacerse de los desperdicios era la misma que tenían hasta ahora: todo en el mismo cubo. María Jesús Velilla señalaba que tenían que "llamar para recibir información", y lamentaba que el cubo que se les facilitó "es muy pequeño" para la cantidad de desperdicios que generan (restos de fruta, principalmente).

En el número 38 de esta calle, Ángel Calvo, conserje de la comunidad, señalaba que entre los vecinos del edificio "hará cada cual lo que vea conveniente". Él es el encargado de recoger la basura de la puerta de las casas y meterlas en el cubo comunitario. "Yo voy a hacer lo de todos los días, coger la basura y dejarla aquí. Dentro de cada bolsa ya no sé lo que habrá...", señaló.

Las dudas del primer día

Marta Sánchez-Villalva, coordinadora de la campaña de comunicación del nuevo sistema, confirmaba que la jornada de ayer fue de "muchas dudas", tanto en el punto de información instalado en Fernando el Católico como en el teléfono de información (689 721 459). "Nos preguntan sobre todo por los días de recogida y por los residuos que hay que tirar en cada sitio", señalaba.

Apuntaba que hubo "bastantes consultas", y que la recepción de los vecinos en general es "buena", aunque haya "mínimos casos"? de rechazo frontal al reciclaje. "El sistema no es del gusto de todos", admitía. A su juicio, "la mayor dificultad es la de los días alternos". Para ver los primeros resultados habrá que esperar.

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