Koko y Lime, las dos empresas de patinetes eléctricos que operan en Zaragoza, han denunciado el robo de al menos una veintena de unidades en el último mes. La Policía Nacional ha detenido en cuestión de cuatro semanas a unas 12 personas por este motivo. Se les acusa de delitos de apropiación indebida que pueden acarrear multas de hasta 36.000 euros o incluso penas de prisión, ya que su valor supera los 400 euros, cantidad que marca la diferencia entre un delito leve (anteriormente conocido como falta) y un delito.

Fuentes de Koko confirman que, pese a que la ley es "estricta", en este primer mes han perdido en torno al 10% de la flota. Es decir, una veintena de los 200 patinetes que circulan por Zaragoza, que pueden aparcarse prácticamente en cualquier sitio. No obstante, "bastantes" han terminado apareciendo al cabo de unos días. Esto, explican desde la compañía, se debe a que los patinetes "van equipados con un GPS que permite ver en tiempo real dónde está cada uno". Tampoco es posible burlar al ‘software’, bloqueado a menos que la aplicación móvil ordene lo contrario, ni el freno magnético de la rueda delantera, que hace que el vehículo se bloquee. Esto hace que quienes los roban se los lleven "totalmente inmovilizados" y no puedan hacer nada con ellos. "Para desbloquearlos tendrían que destruirlos. Sabemos que hay patinetes en domicilios particulares. Hace poco hicimos un operativo de búsqueda y pudimos recuperar varios", indican desde Koko.

La Policía Nacional admite que dar con ellos no resulta excesivamente complicado, ya que al GPS difícilmente se le puede engañar. "Emite una señal aunque no tenga batería", advierten fuentes del Cuerpo. Ya a finales de septiembre, cuando apenas habían pasado dos semanas de la implantación de Koko, la Policía detuvo a cinco personas y recuperó siete.

La mayor parte de las denuncias se saldan "con sanciones administrativas". Desde Koko reconocen que en el último mes han detectado casos "de todo tipo", desde personas que pretendían venderlos como chatarra a "señoras mayores que se los habían metido en casa al verlos aparcados en la calle de malas maneras".

Lime también reconoce incidentes puntuales, aunque ninguno de gran calado. Ambas compañías decidieron suspender el servicio durante las Fiestas del Pilar como medida preventiva para evitar nuevos incidentes. Ahora, Koko estudia reforzar la seguridad de sus vehículos con el objetivo de que haya "cero robos". Lo importante, destacan desde la empresa, es que los usuarios están "muy implicados".

"El número de usos está por encima de las expectativas"

Cada una da los datos a su manera, pero las dos coinciden en que el número de usos "está por encima de las expectativas". Koko y Lime, las empresas de patinetes eléctricos que operan en la capital, hacen un balance "muy positivo" de su desembarco en Zaragoza. La primera ha superado los 17.000 usuarios registrados, una cifra que, de acuerdo con su fundador, Teo Ortega, "se incrementa todos los días". "Estamos muy contentos, la acogida por parte de la gente y del Ayuntamiento ha sido espectacular", dice. Aunque la empresa no proporciona el número de trayectos "por razones estratégicas", Ortega sostiene que están "por encima de lo previsto".

"Pero todavía queda margen para implantar novedades", añade. Lo importante, en su opinión, es que, junto al transporte público, el patinete eléctrico se ha convertido "en una alternativa al vehículo privado". "La gente los utiliza, sobre todo, para ir al trabajo o a su centro de estudios", apunta. Respecto a la expansión del servicio, aclara que por el momento seguirán con la vista puesta en el Centro. "Iremos estudiando con el Ayuntamiento la mejor forma de ampliarlo, aunque no hay un plan concreto", reconoce. Lime, por su parte, asegura haber superado los 10.000 trayectos. La empresa comenzó con un reducido número de unidades, pero desde el día 13 ha iniciado una expansión progresiva que multiplicará el número de patinetes en las calles. La intención, recalcan desde Lime, es afrontar el proceso "hablando siempre" con el Consistorio.