Patinetes eléctricos y bicis de alquiler sin estación, un peligro para los discapacitados visuales

Desde ONCE Zaragoza advierten del riesgo que supone para sus afiliados el mal uso de los nuevos patinetes eléctricos: son silenciosos, rápidos y están por todas partes.

Patinete eléctrico en medio de la acera, en Menéndez Pelayo, 18.
Patinete eléctrico en medio de la acera, en Menéndez Pelayo, 18.
ONCE

En las últimas semanas, los patinetes eléctricos y las bicicletas de alquiler sin estación se han convertido en una presencia habitual en las aceras, calzadas y en los puntos y ubicaciones más sorprendentes de Zaragoza. Desde colgando de una verja hasta en lo alto de un arbusto, pasando por los aparcabicis tradicionales, estos elementos se han convertido en un avance en el ámbito de la movilidad urbana de la ciudadanía. Pero, ¿qué ocurre con los discapacitados visuales?

Desde ONCE Zaragoza, que reúne a más de 2.100 personas con discapacidad en Aragón, advierten del peligro de estos nuevos vehículos eléctricos, tanto en circulación como en materia de estacionamiento, y destacan la necesidad de una ordenanza.

Desde la sede de ONCE en Zaragoza, Anabel Rabinal y Manuel Martín, ambos Técnicos de Rehabilitación, trabajan junto al resto de su equipo en tratar de generar autonomía e independencia en sus usuarios. “Por un lado trabajamos con su resto visual, presente en un 80% de los discapacitados visuales; por otro lado, en habilidades para implementar en su vida diaria (utilización del teléfono o del cajero, por ejemplo) y, finalmente, en orientación y movilidad”, explica Rabinal.

En este último caso, los usuarios aprenden todo lo necesario sobre el manejo del bastón, ciertas aplicaciones que facilitan su día a día, las señales sonoras de los semáforos o táctiles que hay en ciertas paradas de autobús o tranvía, por ejemplo. “Sobre todo les ayudamos a educar el resto de los sentidos, fundamentalmente el oído”, advierte.

“Cualquier vehículo que supere la velocidad del peatón genera cierta inseguridad, porque no te anticipas. Además, el patinete es silencioso y eso dificulta mucho las cosas”, explica Martín, quien asegura que tan solo se trata de hacer uso del civismo y del sentido común. “No se debe aparcar en la fachada ni en aceras estrechas donde se dificulta el paso, por ejemplo. Con las motos es una cosa habitual. El problema es que todavía no existe una normativa al respecto y la de moto y bicicleta está desfasada”, continúa.

En su opinión, aseguran que las aceras tendrían que estar completamente libres de obstáculos para contribuir a una mejor orientación, en lugar “de seguir echándolo todo a la acera”. “Para nosotros, todo lo que sean elementos que hagan poco ruido y que se mezclen con los viandantes es una complicación”, explica Miguel Ángel Gimeno, afiliado de ONCE Zaragoza con una discapacidad visual del 95%.

El zaragozano asegura que, por norma general, la gente enseguida se vuelca con ellos cuando detectan que se trata de una persona con discapacidad visual. “Yo creo que cuando la gente aparca mal una bici o un patinete no es realmente consciente. Simplemente no se dan cuenta porque no conocen nuestra realidad”, afirma. “Para nosotros, estos elementos se suman a muchos otros, como farolas o alcorques, que suponen un riesgo para nuestra seguridad”, afirma.

Sin embargo, ahora hay que añadir el hecho de que se trata de elementos móviles: “Tenemos nuestros recorridos habituales más o menos definidos en los que te mueves con más seguridad. El problema es que no podemos contar con los imprevistos, por eso es tan importante la educación y la concienciación de la gente en este sentido”, resume.

Desde el Servicio de Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza trabajan en estos momentos en la elaboración de un borrador de la Ordenanza que regula la materia de la circulación de patines eléctricos como ya ocurre en otras ciudades españolas. Mientras tanto, las empresas que operan en Zaragoza hacen uso de las herramientas disponibles para mejorar esta convivencia.

Patinetes electrónicos por doquier

En septiembre llegaba a la ciudad la empresa Koko, que pone a disposición de sus clientes información relativa al manejo y buen uso de estos dispositivos. “La premisa es aparcar en aceras de al menos 3 metros de anchura, de forma paralela a la vía, o en lugares próximos a estacionamientos de moto y bici. Se trata de una nueva forma de movilidad urbana y poco a poco se irá introduciendo en la ciudadanía”; explica Oriana Circelli, cofundadora de la empresa. “En nuestro caso, periódicamente realizamos chequeos por la ciudad y acomodamos los patinetes mal colocados o estacionados para mejorar la convivencia”, añade.

“Nuestra aplicación envía recordatorios para los usuarios, y tenemos consejos en nuestra página web. Hay que procurar estacionarlos cerca de la acera, lejos de los pasos de cebra y en lugares en los que no se ocasione molestias”, explican fuentes de Lime, empresa que aterrizó en Zaragoza el 1 de octubre.

“Además, al estacionar el patinete, el usuario debe de subir una fotografía con la que podemos comprobar el estado y la ubicación”, afirman. En cuanto a las normas de circulación, aseguran que permanecen a la espera de la normativa en la que trabaja en estos momentos el Ayuntamiento de Zaragoza, mientras tanto, aconsejan a los usuarios hacer uso del carril bici siempre que sea posible apelando, en todo caso, a la responsabilidad del usuario.

En los últimos meses han saltado varias noticias a los medios de comunicación protagonizadas por el uso indebido de este nuevo método de transporte, tanto de particulares como perteneciente a empresas de alquiler. Fuentes de la Policía Local de Zaragoza aseguran que constan cinco accidentes registrados desde el 1 de julio en los que estaban involucrados patinetes eléctricos, así como tres denuncias por alcoholemia el pasado 15 de octubre.

Asimismo, se han registrado 20 denuncias por robo de patinetes eléctricos de alquiler desde que se puso en marcha el servicio. 

Precisamente debido a las quejas recibidas, el Ayuntamiento de Zaragoza se está planteando crear en las aceras aparcamientos específicos para los patinetes eléctricos y bicilcletas eléctricas de alquiler.

Este problema no es exclusivo de Zaragoza, sino que afecta a todas las capitales en las que se están instalando estos nuevos servicios de movilidad urbana, como muestra el siguiente tuit sobre la situación en Madrid:

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