La política tiene estas cosas. Un día llamas al alcalde, Pedro Santisteve, "el mejor discípulo de dictadores como Nicolás Maduro" y otro día te vas con su lugarteniente a ver obras. En plena crisis entre gobierno y la oposición por el golpe en las sociedades municipales, el concejal de C’s Alberto Casañal se cogió de la mano del portavoz de ZEC, Pablo Muñoz, para vender unos apaños en la plaza de Salamero que se harán con cargo a una de las enmiendas que coló C’s en los presupuestos. El gobierno, como es normal, encantado de no ir solo a los sitios. A ver quién le dice que trata a la oposición de mala manera con lo contento que estaba Casañal. Entre los corrillos no daban crédito. ¿Solo es una foto o es el principio de una gran amistad?