Cierzo, flores y las sombras del Tenorio

Unas 400.000 personas visitarán hasta el próximo miércoles Torrero para recordar a sus seres queridos con motivo de Todos los Santos.

Gran afluencia en el cementerio de Torrero en el fin de semana previo a Todos los Santos
Gran afluencia en el cementerio de Torrero en el fin de semana previo a Todos los Santos
Aránzazu Navarro

Un payaso satánico cede el asiento a una señora con un ramo de claveles. Ella lo mira, duda, pero las piernas le pesan, así que dibuja una leve sonrisa en su rostro adusto y accede a sentarse. Es esta una escena extraña, salvo que pertenezca a una película de David Lynch o que se produzca en un autobús urbano de Zaragoza. Que la misma línea 34 acerque tanto al cementerio de Torrero como al parque de Atracciones hace que estos días compartan transporte público los jóvenes monstruos que van a las fiestas de Halloween de los pinares de Venecia y los zaragozanos que se acercan con flores a recordar a sus seres queridos al complejo funerario.

Se espera que, de forma escalonada, unas 400.000 personas visiten el cementerio con motivo del día de Todos los Santos -el próximo miércoles- y ayer el aumento de afluencia ya era notable. Mozos con altas escaleras dispuestos a ayudar «por la voluntad», filas en los puestos de ventas de gladiolos y crisantemos, y señoras que se disculpaban por ir en chándal a velar a sus difuntos y no tardaban en justificarse: «Es que vamos a fregar las lápidas con cubos de agua y bayetas y, al final, por más cuidado que tengas, acabas perdida».

El fuerte viento que soplaba ayer en la parte alta de Torrero hizo que la jornada fuera un tanto desapacible para quienes quisieron ser previsores y no dejar la tradicional cita para el día 1. Son 150.000 las sepulturas del camposanto zaragozano, de las que -cuentan fuentes del servicio- 50.000 no suelen congregar visitas. Es más, en algunas lápidas hay pegatinas que advierten de que la concesión del nicho está en trámites de extinción y en muchos casos no se encuentran ya familiares que puedan hacerse cargo. En los cementerios el olvido suele ser muy elocuente. No obstante, el resto de tumbas sí que atraen estos días a tres o cuatro allegados de media, con lo que cuadran las cifras de visitantes que, por otro lado, son difíciles de corroborar.

Y lo son porque, para evitar aglomeraciones, se abren todas las puertas del camposanto e, incluso, se llegan a producir atascos en las entradas principales. La Policía Local ya hubo de personarse ayer en los cruces del Tercer Cinturón y habilitó algunos tramos habitualmente exclusivos del carril bus de la avenida de América y Fray Julián Garcés para la circulación privada. El dispositivo continúa los tres próximos días con refuerzos de líneas de bus C1, 33, 34 y 39, que mejoran sus frecuencias, y el día 1 saldrán lanzaderas especiales desde la plaza de San Miguel y la Puerta del Carmen.

Algunos -la verdad es que los menos- de los visitantes de ayer reparaban en que este año y con motivo de su centenario se ha adecentado el mausoleo de Joaquín Costa. Se han podado los setos, se ha arreglado una fuente cercana -que nunca antes había funcionado- y ayer apenas se veían gatos de los que suelen merodear su entorno. Esta especie de montaña artificial coronada por el busto de Costa que realizó Dionisio Lasuén es una de las paradas obligadas en las visitas del camposanto, en las que se explica que los restos del ‘león de Graus’ iban a ser inhumados en el Panteón de Hombres Ilustres de Madrid pero la impresionante manifestación de duelo del pueblo aragonés hizo que acabaran en Torrero. La historia se cuenta también en una exposición sobre el monumento funerario, que incluye una reproducción del Partenón y tenía previsto incorporar la Tribuna de Demóstenes, pero se quedó en el camino.

El jardín de cenizas, la espiral de la memoria o la fosa común siguen siendo otros de los puntos más recorridos de Torrero, en donde este 2017 se ha estrenado un rincón llamado ‘Flores para el recuerdo’, donde quienes no pueden desplazarse a los cementerios donde están enterrados sus seres queridos pueden depositar sus ramos de forma simbólica.

En los próximos días se intensificará la programación cultural en el complejo y al concurso de pintura rápida que se celebró ayer tomarán el relevo las visitas teatralizadas, los conciertos corales y un taller de escritura para plasmar los miedos. Por descontado, regresará la versión de ‘Don Juan Tenorio’ que hacen alumnos de la Escuela Municipal de Teatro, con amores arrebatados y duelos a capa y espada. La cita con el clásico de Zorrilla será el martes a las 18.30.

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