Un pacto fugaz con el alcalde en Nicaragua

Con Santisteve a 8.700 kilómetros, la tormentosa relación de la izquierda ha virado a un acuerdo fiscal tan rápido que no ha dado margen para la discusión.

Carmelo Asensio (CHA), Fernando Rivarés (ZEC) y Javier Trívez (PSOE) en la reunión sobre las ordenanzas fiscales.
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José Miguel Marco

Visto y no visto. Por segundo año, ZEC, PSOE y CHA han logrado un acuerdo en materia fiscal, paso previo para la negociación presupuestaria. Pero, a diferencia en otras veces, todo ha ido como la seda. Dos reuniones y una sesión de gobierno bastaron para solventar un proceso de negociación que el año pasado no concluyó hasta bien entrado octubre y con amenazas de una cuestión de confianza. En 2015, ni siquiera hubo acuerdo.

Esta vez todo ha sido distinto. En ZEC han optado por el pájaro en mano en lugar de ciento volando. Al mantenerse la filosofía de las ordenanzas fiscales de 2017 y con la vista puesta en el presupuesto de 2018, no han querido forzar la máquina. De hecho, querían rebajar el umbral a partir del cual se aplica un IBI diferenciado a los usos industriales y comerciales hasta los 800.000 euros y han aceptado sin rechistar las exigencias del PSOE de dejarlo como está, en un millón de euros.

¿Y los socialistas? Inmersos unas primarias en las que Zaragoza es crucial, el portavoz, Carlos Pérez Anadón, no ha corrido riesgos. Hay que tener en cuenta que la exconcejal Carmen Dueso, la rival de Javier Lambán, siempre ha sido muy crítica con la estrategia del PSOE municipal y es adalid de los pactos con ZEC.

A solo unos días del debate sobre el estado de la Comunidad, que va a estar marcado por las primarias del PSOE, el pacto fiscal en Zaragoza no le viene mal a Lambán. El presidente autonómico podrá esgrimir ante Podemos el papel del PSOE municipal e invitar al mismo tiempo a la formación morada a que haga lo propio con los presupuestos de la DGA.

¿Y el alcalde? A Santisteve el acuerdo le cogió fuera de juego, en Nicaragua, embarcado en su polémica gira de 13 días por Centroamérica, a 8.700 kilómetros de Zaragoza. Y no solo porque no se haya atendido su pretensión de bajar el umbral del IBI no residencial hasta los 800.000 euros.

Las ordenanzas fiscales se han aprobado en una reunión de gobierno que no estaba presidida por él, lo que le ha dado todo el protagonismo al concejal de Economía, Fernando Rivarés. Además, Santisteve ha evidenciado sus dificultades para leer el momento político. Solo un día antes de la primera reunión de ZEC, PSOE y CHA cargó en Radio Zaragoza contra Pérez Anadón al quejarse de la falta de interlocución con los socialistas y alabar a algunos de sus rivales orgánicos, como el alcalde de Huesca, Luis Felipe, el de Valladolid, Óscar Puente, o la diputada Susana Sumelzo. Es lo que se llama engrasar un acuerdo.

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