Zaragoza

La ribera del Ebro acentúa su deterioro sin que haya ningún plan para evitarlo

Los paseantes critican la falta de fuentes y papeleras y se quejan por la suciedad de la margen derecha.

La ribera del Ebro acentúa su deterioro sin que haya ningún plan para evitarlo
Oliver Duch

Barandillas rotas, mal olor, grafitis, bolsas de basura que se acumulan en los laterales... La ribera del Ebro no atraviesa su mejor momento, sobre todo a su paso por el Casco Histórico. Quienes transitan por la margen derecha a diario alertan de un "deterioro" que se ha agravado en los últimos años. También de la falta de bancos y papeleras y del "mal estado del arbolado".

Se trata de un problema que ha llegado a oídos del Ayuntamiento. El concejal de Servicios Públicos, Alberto Cubero, admitió en la comisión de junio a pregunta de CHA que esta zona ha sufrido últimamente un mayor desgaste "fruto del fenómeno del botellón", que se ha trasladado a este punto. Aseguró, no obstante, que "no existen planes para introducir nuevo mobiliario urbano", ya que "se considera que la ribera es parte del cauce y que, por tanto", tiende a inundarse "con la máxima avenida ordinaria".

Esto, como explicó el concejal, "obliga a darle un tratamiento naturalizado" distinto al de otras zonas verdes de la ciudad. "Encarece la viabilidad de introducir bancos o fuentes, ya que terminan inundándose y deteriorándose cada cierto tiempo", apuntó.

Los nacionalistas, no obstante, exigen "que se replantee la situación" y que al menos se coloquen papeleras, ya que estas "no son las riberas que se vendieron en 2008". "Hay que adecuarlas a las necesidades de los ciudadanos. Entendemos que no es una actuación excesivamente costosa", opinaron fuentes de la formación, al tiempo que señalaron que esta zona, situada a escasos metros de la plaza del Pilar, es "un escaparate para el turismo".

Los paseantes también se muestran críticos. "La zona podría estar más limpia, más desbrozada. Aquí no hay ninguna papelera, pero al otro lado del río tienes una cada 200 metros", apuntó Jesús Tejero. Goyo Villa y Ana Pallarés pasan por allí "todos los días". "Hay muchos árboles muertos, son peligro", apuntó él. Ella, por su parte, aseguró que los problemas se acentúan los fines de semana. "El Ayuntamiento tendría que poner alguna medida", dijo.

A veces, afirman, "es mejor no acercarse a la zona del Náutico". "Uno de nuestros perros se cortó con una botella rota y tuvieron que ponerle cinco puntos en una pata. Sé de otros cuatro o cinco animales a los que les ha pasado lo mismo", afirmó Pallarés. Reconoció, en este sentido, que hay días en que directamente evitan esta zona para no correr riesgos.

Malos olores y "dejadez"

Las gradas, principal escenario del botellón, son ejemplo de la "dejadez" de la margen derecha. "Huele mal incluso entre semana", afirmó Alberto Arruga. En su opinión, los equipos de limpieza "deberían de estar vigilantes", ya que es habitual ver "vasos, botellas y bolsas de plástico". "Es una cuestión de educación", aseveró.

Él, como muchos, echa en falta bancos en los que poder sentarse. Tampoco entiende que se deje crecer la vegetación sin control aparente y que haya barandillas rotas desde hace tiempo. Esto ha hecho que la imagen, lejos de mejorar, haya "empeorado bastante" en los últimos años.

Aunque muchos entienden que el Ayuntamiento no quiera invertir grandes cantidades por el riesgo de inundación, creen que no es excusa para no realizar "actuaciones blandas" que minimicen el desgaste de la ribera, mejoren su imagen y hagan que sea una zona "más agradable para pasear".

No en vano, existen otros pequeños detalles que también molestan a buena parte de los paseantes. Se refieren, sobre todo, a las láminas del suelo levantadas en la zona de Echegaray y Caballero o a los grafitis que adornan la zona.

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