Una comitiva nupcial motera, como hace 22 años, pero pasada por agua

La historia se repite. Tal y como hicieron sus padres, unos 30 moteros han acompañado a Sendy Royo al altar.

Boda sobre ruedas, hace 22 años.
Boda sobre ruedas, hace 22 años.
Archivo Heraldo

De tal palo, tal astilla. La zaragozana Sendy, hija de moteros, decidió seguir los pasos de sus padres, Montse Galia y Javier Royo, que fueron hasta la Aljafería, donde contrajeron matrimonio, montados en una Honda y acompañados por una veintena de motos, un 16 de julio de 1995.

Ahora, 22 años después, su hija fue al altar este sábado acompañada una veintena de moteros, todos ellos, en traje y con el chaleco identificativo de su club. “Me habría gustado ir en moto, como lo fue mi madre”, señaló una feliz que novia que no pudo montarse en dos ruedas porque el vestido no se lo permitía, “no quería arriesgarme, no quería que el vestido se enganchase”. Además, la joven habría sufrido la fuerte lluvia que ha descaragado en ese momento sobre la ciudad y que ha pasado por agua el original paseo. Acompañada de este sorprendente séquito nupcial, la novia fue junto a su padre en un Chrysler, ya que “al menos no quería desentonar en este ambiente tan Ruta 66”.

Su madre sí que repitió experiencia, e incluso vestida para la ocasión optó por subirse a la moto y formar parte de la comitiva de su hija. El séquito estuvo formado por amigos de sus padres. Muchos de ellos pertenecientes al motoclub de su madre 'Todo por unos huevos' y otros, al que era el club de su padre, 'Motoclub Templario'. Él fue uno de los fundadores del club, según explica una orgullosa hija, y ella fue “la primera niña templaria”, es decir, la primera hija de uno de los miembros del club. “Para ellos sigo siendo su niña”, explica Sendy, añadiendo que nadie quería perderse su boda.

A las 16.00 esta comitiva nupcial motera ya esperaba a la novia en la calle de las Armas para acompañarla hasta la iglesia de San Pablo, no sin antes pasar por paseo Echegaray para lucir de séquito nupcial por las calles zaragozanas.

Distintas aficiones...

En esta ocasión, la afición no es compartida por los recién casados. Por eso, Jared Algarete, el novio, esperó pacientemente en la iglesia. “A él lo que le gusta es el 'tuning'”, señaló Sendy, que explicaba que “esta diferencia de gustos nunca ha sido un impedimento en su relación”.

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