Zaragoza

La juez prohíbe a un cliente acercarse a un club de alterne por agredir a una empleada

La mujer, que trabaja en un bar del Madrazo, lo denunció por darle una bofetada e insultarla, acusaciones que él niega.

Un hombre de 59 años, cliente habitual de un club de alterne de la zona del Madrazo, no podrá acercarse a menos de 200 metros del local, al menos hasta que se resuelva el conflicto surgido con una de las mujeres que trabajan en el bar. La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza ha emitido una orden de alejamiento, a petición de la denunciante, ya que tiene miedo de que vuelva a repetirse un incidente similar al sucedido el pasado 22 de mayo.

La mujer, de 34 años, compareció ante la comisaría de Policía del Actur para denunciar que sobre las 22.00 de ese día estaba trabajando en la sala de fiestas, sentada en un taburete en la barra del local, cuando se le acercó un cliente habitual y, de forma sorpresiva y sin mediar discusión alguna, la agredió. Asegura que, en concreto, le dio un bofetón en la mejilla izquierda y luego la agarró con fuerza por un brazo, por lo que ella reaccionó dándole un empujón para quitárselo de encima. Añadió que, además, observó que el hombre se buscaba algo entre las ropas pero que no sabe qué era ya que enseguida acudieron varias compañeras en su ayuda y un camarero.

Cuchillo jamonero

El empleado diría posteriormente que lo que trataba de encontrar el presunto agresor era un cuchillo jamonero que ocultaba en un calcetín. Además de agredirle físicamente, asegura que el hombre no dejó de insultarla y amenazarla con matarla.

La empleada comunicó a la Policía que todo lo ocurrido había sido grabado por las cámaras de seguridad del establecimiento, por si era necesario aportarlas en la denuncia.

La juez instructora del caso tomó declaración ayer al denunciado, quien negó todos los hechos. Según su versión, en realidad fue ella la que se le echó encima y él se limitó a sujetarla. El origen de todo el incidente estuvo en que él la rechazó cuando la mujer se le aproximó y le dijo que quería hablar con él. En ese momento se le abalanzó y, cuando la sujetó, acudieron todas las chicas del local. El hombre dijo también que no recordaba haberle proferido todos los insultos y amenazas que la empleada asegura que le hizo y negó rotundamente haber llevado un cuchillo jamonero encima. Admitió que alguna vez sí que llevaba una navaja muy pequeña en el monedero, pero no un cuchillo y que en ningún momento hizo mención de sacar algún objeto.

El denunciado vive cerca del club y suele ir de vez en cuando, según su testimonio, y aunque le dijo a la juez que no tenía inconveniente en no comunicarse con la mujer y se mostró de acuerdo con el alejamiento, le transmitió que no estaba muy contento con no poder ir a ese local. Por eso, a preguntas de su abogada le anunció que no tenía voluntad ni interés en amenazar a la denunciante ni de causarle ningún daño. De hecho, recordó que ya había vuelto al local tras la noche del incidente y que, a pesar de haber coincidido con ella, no hubo ningún problema. Sobre los posibles motivos del conflicto, el hombre explicó que no quiere hablar con ella porque es una persona problemática y que él va a ese local para hablar con otras personas.

La letrada de la denunciante, Carmen Sánchez, solicitó como medida cautelar el alejamiento de 200 metros del local, que le concedió la juez del caso.