Doncellas, caballeros y juglares abren hoy tres intensos días de mercadillo medieval

El corte del puente de Piedra obliga a desviar desde hoy ocho líneas de autobús.

Anoche ya se habían colocado algunos de los 155 puestos artesanos y alimentarios.
Doncellas, caballeros y juglares abren hoy tres intensos días de mercadillo medieval
Aránzazu Navarro

Una docena de compañías teatrales están llamadas hoy a participar en el pasacalles inaugural de la feria de las tres culturas, más conocida como el mercado medieval. El alcalde Santisteve acompañará, al ritmo de las dulzainas, a pícaros, juglares, caballeros en cota de malla y un largo etcétera de personajes que habrán hecho las veces de crononautas y habrán viajado en el tiempo siete u ocho siglos atrás.

Pocas novedades hay respecto a ediciones anteriores, si bien gana en protagonismo (sobre todo nocturno) el escenario de la plaza de San Bruno. Allí se podrá disfrutar de los conciertos más granados y esta noche (22.00) abrirá el fuego Biella Nuei. También cambia el guiño habitual histórico de la feria, que no se ocupará esta vez del Compromiso de Caspe sino que recreará (el domingo por la mañana) la entrada de los Reyes Católicos en Borja en 1492. Como el año pasado, los espectáculos con animales están vetados, por lo que no habrá ni cetrería ni exhibiciones de linces boreales y lo más parecido a un animal que se vea en la feria serán los caballitos de madera junto a la también tradicional y rústica noria.

Este año está previsto que se lleven a cabo 16 talleres de oficios antiguos –flechería y cerámica sefardí, entre otros– y hasta 200 pases de espectáculos en distintos horarios y espacios del mercado. Explican fuentes municipales que el 90% de las compañías que conforman la programación cultural, incluyendo los dos campamentos, son de origen aragonés.

Artesanos y viandas

¿Más reclamos? Por las plazas del Pilar, de San Bruno y las callejuelas adjuntas como Pabostria se desplegarán 89 puestos de artesanía de distintas especialidades, 66 paradas agroalimentarias, 6 tabernas y 3 jaimas árabes. En este caso, el porcentaje de participación local desciende de forma drástica y apenas el 40% son artesanos de Aragón.

Lo demás, lo ya conocido: combates medievales, campamentos militares (no militaristas), danzas orientales y bastante jaleo musical. El puente de Piedra volverá a ser escenario de la consabida exposición de máquinas de asedio. Esto obligará, por cierto, a que ocho líneas de bus tengan que desviarse (28, 29, 35, 36, 39, N1, N2 y N7) esencialmente por San Vicente de Paúl y el Coso.

Los tres días de feria se auguran de lo más caluroso (el único alivio es que hay previstas guerras de catapultas y tirachinas gigantes cuyo armamento serán globos de agua) y los organizadores –Zaragoza Eventos– confían en que la afluencia al mercado sea masiva. El año pasado, edición que coincidió con la Noche en Blanco, la feria se cerró con más de 200.000 visitantes y la jornada más complicada y con mayores aglomeraciones fue la del sábado.

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