Casi 500 visitantes logran ver la escultura Splash, pero otros muchos se quedan fuera

La Torre del Agua, sede de este icono de la Expo 2008, solo abre durante este fin de semana, tiempo insuficiente para atender la demanda de todos los interesados.

Voluntarios de la Asociación Legado Expo explicaban a un grupo las características de la Torre del Agua bajo la escultura Splash.
Voluntarios de la Asociación Legado Expo explicaban a un grupo las características de la Torre del Agua bajo la escultura Splash.
José Miguel Marco

Los dos días durante los que permanecerá abierta la Torre del Agua serán insuficientes para satisfacer la curiosidad de cientos de interesados en volver a entrar en uno de los edificios más emblemáticos de la Expo de Zaragoza 2008. El breve plazo de apertura (sábado y domingo de 11.00 a 19.00) y el hecho de que los grupos para visitarla no puedan superar las 15 personas ha limitado mucho el acceso.

Durante todo el día de ayer, muchos zaragozanos y turistas se acercaron a las puertas de la Torre para preguntar cómo podían acceder a ella. Los voluntarios de la Asociación Legado Expo, encargados de organizar las visitas guiadas y explicar la importancia de la escultura Splash, uno de los iconos de la Exposición Internacional, debieron explicar a muchos de ellos que el cupo estaba ya prácticamente cubierto a media mañana y se acabó de completar a lo largo de la jornada.

El vicepresidente de esta asociación, Miguel Ipas, recordó que Expo Zaragoza Empresarial, actual propietaria de la Torre, solo ha permitido la reapertura del edificio durante este fin de semana, coincidiendo con las actividades organizadas en el Parque del Agua. Para intentar que pudiera ser vista por el mayor número de personas posible, la asociación colgó en su web un documento de preinscripción para las visitas realizadas durante los dos días a las horas en punto. Las 240 inscripciones para estos grupos se agotaron en unas horas. Quedaron abiertas, sin necesidad de cita previa, las previstas para las horas y media, pases para los que los interesados debían apuntarse en el propio recinto Expo y que se fueron ocupando ayer.

Durante la visita guiada de las 13.00 (quinto grupo de los previstos para ayer), los organizadores ya estaban informando a los visitantes que se acercaban a las puertas a preguntar que solo quedaban unos pocos huecos libres. Ipas apuntó que esta situación se produce cada vez que se abre al público el edificio. En esta ocasión, con más motivo, ya que la Torre del Agua no había vuelto a mostrarse por dentro desde el verano de 2015, cuando pudo ser visitada durante los fines de semana de agosto, septiembre y parte de octubre (hasta el Pilar).

La visita no defraudó

Los afortunados que accedieron ayer a la Torre del Agua se reencontraron con un edificio que, pese a no tener actividad, se encuentra en perfectas condiciones. Y pudieron volver a ver la escultura Splash, que sigue siendo tan impresionante y espectacular como siempre, colgada a 40 metros de altura.

Decepcionó a algunos visitantes el hecho de que no pudiera verse desde todos los ángulos posibles, ya que en las visitas de este fin de semana no se permite subir por las rampas hasta lo más alto de la Torre. "En esta ocasión, Expo Zaragoza Empresarial solo nos ha dejado mostrar la escultura desde su base, en la plata séptima. En otras ocasiones hemos podido llegar hasta la 11 para poder ver la figura desde arriba", recordaron los voluntarios que guiaron los pases.

Asimismo, defraudó que cada visita guiada estuviera limitada a 30 minutos, un tiempo insuficiente para escuchar las explicaciones de los voluntarios y hacer fotos a la escultura.

Aun así, la visita no defraudó. Los visitantes, la mayoría zaragozanos y que ya habían entrado en el recinto durante la Expo de 2008, aseguraron que se habían apuntado al recorrido en cuanto tuvieron noticia de que la Torre volvía a mostrarse al público. "Para mí –aseguró Mariluz– fue uno de los edificios más impresionantes de toda la Exposición. Tenía ganas de volver a verla por dentro, aunque me impresiona verla ahora tan vacía". Pero no solo acudieron visitantes que ya sabían qué iban a encontrarse. Pedro no estaba en Zaragoza cuando se celebró la Expo, pero aseguró que había visto muchas fotografías y vídeos del evento. "Y el Splash fue una de las cosas que más me impresionó, junto con el espectáculo de los pingüinos. Tenía muchas ganas de ver la escultura de cerca", aseguró mientras disparaba su cámara de fotos sin parar.

A la salida, un señor de Valencia que había venido a Zaragoza a una boda pidió a los voluntarios que lo apuntaran a él y a su mujer en los huecos que quedaran para no perderse la visita. "Nos alojamos en el Iberus y el taxista que nos ha traído nos ha dicho que la Torre está abierta este fin de semana. Buscaremos un rato para venir; es una oportunidad para volver a verla".

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