Mucho se ha escrito sobre cómo luchar contra la despoblación en el medio rural, pero pocas veces (si no, ninguna) se ha incluido a la escuela en el listado de iniciativas. Sin embargo, Alpartir es el vivo ejemplo de que un proyecto educativo atractivo ayuda a asentar población. Así ha ocurrido en los últimos meses –el curso empezó con 35 alumnos y ahora hay 40–, cuando se han empadronado una treintena de personas, y, por el número de familias interesadas (al menos, por vía telefónica), está previsto que el censo siga creciendo los próximos años.

La acumulación de premios de la escuela se ha convertido en el "principal reclamo" del municipio, lo que ha provocado que en los últimos meses se hayan empadronado 30 personas, cinco de ellas menores que se han incorporado al colegio. "No paramos de recibir llamadas y contamos con diez familias interesadas. La escuela infantil está llena, con diez niños, y el colegio tiene 40 con los nuevos ingresos", señala la alcaldesa, Marta Gimeno, antes de reconocer que nunca pensó que la educación pudiera ser "el motor sostenible de Alpartir".

Los nuevos vecinos han permitido que el censo oficial alcance los 590 residentes, muy cerca de la barrera simbólica de los 600, que el equipo municipal del PSOE está convencido de poder superar en los próximos meses. "Gracias al colegio empieza a aumentar la población. Recibe premios anualmente desde 2011 y eso nos ha dado a conocer", explica la regidora.

Atraídos por la escuela, han vuelto lugareños que emigraron en su día, pero también personas de La Almunia o de Zaragoza (a 65 kilómetros). El propio director de la escuela, Juan Antonio Rodríguez –más conocido como Gigi–, y su mujer, que también impulsa el proyecto educativo, son un buen ejemplo: dejaron su piso de Valdespartera y se mudaron a Alpartir tras impulsar su innovador proyecto educativo hace diez años.

Pero asentar población no siempre es fácil y uno de los problemas con el que se encuentra quien llega al pueblo es la dificultad para encontrar una vivienda. Por eso, con el objetivo de facilitar esta cuestión, el Ayuntamiento va a crear una bolsa de vivienda con las que haya disponibles para su alquiler o venta. Gimeno no solo pide apoyo vecinal, sino que está "en tratos" con la directora general de Vivienda del Gobierno de Aragón, Mayte Andreu, para que el mecanismo sea lo más garantista posible. "Se habla mucho de la despoblación rural y aquí hay gente que quiere venir y no puede por los problemas para encontrar casa", dice el director del colegio Ramón y Cajal.

La alcaldesa asegura que en la localidad hay mucha actividad y la gente se siente a gusto. "Tiene servicios y dispone de todo lo necesario para desarrollarse como persona. Además, Zaragoza y la cabecera comarcal, La Almunia, están muy cerca por carretera", defiende.

Gigi reconoce que, pese a que Alpartir es pequeño, es un pueblo muy participativo, en el que hay diez asociaciones. Asegura que tener una plantilla estable –de los 5 docentes, 4 son definitivos– ayuda a seguir trabajando en un proyecto que ha colocado a esta escuela en una posición privilegiada entre los centros más innovadores a nivel internacional y que mañana recibirá la medalla de Aragón al Mérito Educativo. "Este es un colegio de puertas abiertas y trabajamos mucho las emociones", resalta el docente antes de confesar el orgullo que siente por haber ganado cinco alumnos.

La alcaldesa, que también preside la comarca de Valdejalón, está decidida a que la educación sea un eje de desarrollo para el resto de municipios de la zona. De hecho, han puesto en marcha un proyecto para compartir experiencias entre los centros.