Juicio a cinco acusados por una estafa a través de tarjetas virtuales para jugar en internet

Dos implicados aceptan un año de cárcel y otros dos alegan que ya los condenó por lo mismo la Audiencia Nacional.

La Audiencia de Zaragoza juzgó ayer a cinco de las ocho personas acusadas de una estafa informática conocida como ‘phishing’, que consiste en obtener datos bancarios y utilizarlos de manera fraudulenta con tarjetas virtuales. Con ellas se juega en webs de apuestas en internet y se realizan compras ‘online’.

Este juicio se celebró a pesar de que era la cuarta vez que se convocaba y en el banquillo hubo varias bajas por distintos motivos. Sergio S. G., el principal implicado y experto en informática, está procesado en rebeldía y ya fue condenados dos veces por estafa, pero no se presentó; María Teresa M. S. no acudió por enfermedad y su hijo Christian (implicado) llevó una baja médica; y Mikel M. R. tampoco apareció en la vista oral y su abogada ignoraba el motivo de su ausencia.

Ante esta situación de incomparecencias, los letrados llegaron a valorar que se suspendiera el juicio, pero la sección sexta de la Audiencia optó por celebrar la vista oral con otras novedades. De los cinco acusados que se presentaron, dos de ellos -una pareja de Canarias– Christian M. M. y Guacimara S. D., aceptaron una condena de conformidad de un año de prisión y una multa de 900 euros. Negaron haber recibido ingresos y aseguraron que dejaron sus cuentas para recibir el dinero que entregaban a Sergio S.

Los abogados defensores de otros dos acusados (Antonio G. Ll. y Alexandra R. H.) alegaron que ya habían sido condenados por los mismos hechos por la Audiencia Nacional, ya que dos investigaciones de la Policía Nacional y de la Guardia Civil de Pamplona confluyeron y llegaron a dos juzgados distintos. El testigo aragonés que puso la primera denuncia no se presentó y otra afectada reconoció que después de estafarle 500 euros con este método, la entidad donde tenía el dinero se los devolvió.

Ni la fiscal ni la acusación particular, ejercida por el letrado José Antonio Jiménez en nombre del Banco Español de Crédito, asumieron que eran los mismos hechos los juzgados en Zaragoza que los que ya han sido objeto de vista en la Audiencia Nacional. El presidente del tribunal, Rubén Blasco, determinó que este asunto acabará decidiéndolo la sentencia. Les piden cuatro años de prisión.

Antonio G. Ll., reconoció que había recibido 78 giros postales de 300 euros en su cuenta corriente porque su sobrino (Sergio S., en rebeldía) estaba en el extranjero y le mandó que cobrara ese dinero. "Mi sobrino necesitaba cuentas, yo se las abrí y le di las claves", declaró. Negó haber recibido ninguna compensación salvo una oferta de un viaje de Valencia a Canarias, que le pagaría su sobrino, y reconoció que "por desgracia" era el eslabón en la cadena del dinero. Reiteró que por esta estafa ya le condenaron en la Audiencia Nacional (un año y cinco meses multa).

Respecto a la relación con el cerebro de esta estafa informática, el acusado Fernando B. H. declaró quien fue detenido el 3 de marzo de 2008 con él en un hotel de Alicante, donde se intervino el ordenador, en el que llevaba gran cantidad de información bancaria, que utilizaron para la estafa.

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