Un 'atracón' de 2.732 coca-colas

La Fiscalía pidió ayer dos años y medio de prisión por robo con fuerza para dos jóvenes a los que la Policía sorprendió con el coche repleto de latas de refrescos en Vadorrey.

Ver caminar por la calle a una pareja de jóvenes con una bolsa llena de botellas de Coca-Cola se ha convertido en algo bastante cotidiano. Sobre todo, si se trata de un viernes o sábado noche y en la otra mano portan bebidas de cierta graduación alcohólica. Bastante más atípico resulta toparse con un coche cargado hasta el techo con casi tres mil latas del refresco más famoso del mundo, pero eso fue lo que le pasó a una patrulla de la Policía Nacional la madrugada del 29 de marzo de 2015 en la avenida del Marqués de la Cadena. Cuando los agentes preguntaron a los dos jóvenes que había apoyados en el vehículo por tan burbujeante equipaje, estos apenas supieron qué decir. Era demasiada cola para un botellón, así que se justificaron diciendo que estaban haciendo un favor a un amigo, que les había pedido hacer el porte.

Pero aquellas explicaciones no convencieron a los funcionarios que, sospechando que estos dos jóvenes pudieran haber robado la mercancía, procedieron a su arresto. Poco después, la Policía supo del robo en un camión de reparto del que se habían apoderado de 2.732 latas de Coca-Cola. Por aquel ‘atracón’ de azúcares y cafeína la Fiscalía pidió ayer dos años y medio de prisión para los arrestados. Por los mismos hechos fue detenida también entonces una tercera persona, un menor que ya fue juzgado y condenado por usar una pata de cabra para forzar el portón trasero del camión y descargar los refrescos.

"Fui yo quien cometió el robo, señoría. Yo abrí la cerraja y yo saqué la Coca-Cola del camión con la ayuda de un amigo", declaró ayer en calidad de testigo el menor implicado en este robo (al que la Policía llevó engrilletado, puesto que actualmente cumple condena). "Me ayudó un amigo, pero le llamó su padre y tuvo que marcharse. Por eso telefoneé después a Abdel y le ofrecí 30 euros por ayudarme a llevar las latas al Picarral", manifestó el joven.

El citado Abdel A. A. recordó después que por aquellas fechas tenía escayolado un pie y una mano, por lo que poca ayuda podía ofrecerle. "Pero contacté con este hombre –por José Javier G. G., también acusado– para que acudiera con su coche", dijo. "Lo primero que le preguntamos ambos al Negro –como llaman al menor– fue si las coca colas eran robadas. Lo hicimos dos o tres veces, y todas nos contestó que no, que se las había encontrado", señaló el encausado. Como el anterior, José Javier G. G. aprovechó su declaración ante la juez para exculparse. El joven aseguró que se limitó a poner el coche a su disposición sin saber que la mercancía era robada. "No había ningún camión por allí, pero pensé que alguno podía haber perdido la carga", justificó.

Las defensas, a cargo de Olga Oseira y Ana Herrando, pidieron la absolución. Pero la Fiscalía no dio ninguna credibilidad a la versión de los acusados. "No hace falta mucha ciencia ni mucha conciencia para darse cuenta que, a esas horas de la noche en un descampado, tal cantidad de Coca-Cola solo podía ser robada", dijo. "Como mínimo –añadió–, deberían ser condenados como cómplices".

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