Antonio Fuentes García ha sido absuelto por la Audiencia Provincial de los delitos de corrupción de menores, abusos sexuales, exhibicionismo y provocación sexual que le atribuía la Fiscalía y por los que le pedía diez años de prisión. El tribunal de la Sección Sexta estima que no se han presentado pruebas suficientes que demuestren que el acusado, vecino de Valdefierro y conocido por su profesión de taxista, cometiera los delitos por los que fue juzgado.

Los magistrados valoran que los testimonios que prestaron los menores son "ciertamente confusos" y que los adultos que declararon no presenciaron los hechos sino que fueron "testigos de referencia". Ante estas circunstancias, la sala entiende que "aunque pudieran concurrir vehementes sospechas" de que Antonio Fuentes, conocido también como ‘Fonti’ o ‘El Sheriff’, pudiera haber cometido algún delito, las pruebas presentadas por la acusación no han logrado destruir el principio de presunción de inocencia que ampara al acusado.

La Audiencia tan solo considera probado que Antonio Fuentes tenía una parcela en Valdefierro en aparente estado de abandono y que a lo largo de los años 2013 y 2014 solía invitar con alguna frecuencia a una serie de menores de edad de entre 12 y 14 años. Al margen de esta afirmación, el tribunal cree que no se ha demostrado nada más.

La detención del taxista se produjo a finales de mayo de 2014, después de que una vecina acudiera a comisaría a decir que lo había visto intentando abusar de una chica de 13 años. Aquella denuncia puso en marcha una investigación policial que concluyó que por la parcela del encausado pasaban numerosos chavales, a los que ofrecía pequeñas cantidades de dinero a cambio de tocamientos o felaciones.

La chica de 13 años negó ante el tribunal haber sufrido abusos y el resto de testimonios de los menores que declararon no fueron persistentes en el tiempo y en algunos casos incluso fueron contradictorios. El tribunal señala que las afirmaciones que hizo la vecina de Valdefierro fueron de referencia y que hay que acogerlas con las "lógicas cautelas" ya que el conocimiento que tuvo de los presuntos abusos de la chica fue a través de lo que le dijo "un crío".

El abogado de Fuentes, Marco Antonio Navarro, defendió en el juicio que la casa de su cliente siempre había estado abierta a todos, que los chavales le habían pedido su local para hacer una peña y que solían entrar para robarle herramientas, pero negó cualquier tipo de abusos.