El taxista de Valdefierro acusado de corrupción de menores lo niega todo

La denunciante insiste en que le vio abusar de una chica de 13 años, pero esta no fue a la vista y habrá que esperar a localizarla.

El juicio por corrupción de menores contra Antonio Fuentes, al que muchos conocen en Valdefierro por su profesión de taxista y al que apodan ‘El Chapas’, ‘Fonti’ o ‘El Sheriff’, no pudo quedar ayer visto para sentencia. Lo impidió la incomparecencia de una de las víctimas, una chica de 13 años de la que supuestamente abusó sexualmente en una parcela ubicada en el número 27 de la calle Violetas. Para el tribunal, el testimonio de esta menor es clave, de ahí que optara por ordenar su localización para escucharla y dar por concluida la vista.


La detención del taxista se produjo a finales de mayo de 2014, después de que una vecina de Valdefierro acudiera a comisaría a decir que lo había visto intentando abusar de la menor a la que ahora se busca. Aquella denuncia puso en marcha una investigación policial que desveló que por la parcela del encausado pasaban numerosos chavales, a los que ofrecía pequeñas cantidades de dinero a cambio de tocamientos o felaciones.


La Fiscalía acusa a este hombre de un delito continuado de corrupción de menores, abuso sexual y exhibicionismo y pide para él penas que suman 10 años de prisión. Propone también medidas de libertad vigilada, alejamiento de las víctimas durante cinco años y la prohibición de acercarse a parques, jardines o lugares frecuentados por menores en general.


Durante la vista, celebrada ayer a puerta cerrada, Antonio Fuentes lo negó todo. Su abogado, Marco Antonio Navarro, explicó después que su cliente dice que es muy conocido en el barrio y su casa "siempre ha estado abierta a todos". "Mantiene también que los chavales le habían pedido el local para hacer una peña y que a veces entraban por allí a robarle herramientas", indicó el letrado. "Pero de abusos o tocamientos, nada", añadió.


Un chico de 14 años, cuyo testimonio resultó fundamental para la investigación, ratificó ayer ante el tribunal que escuchó gritos al pasar junto a la casa y, al asomarse, vio a una chica del barrio, con las mallas bajadas, y al acusado, situado detrás de ella, con los vaqueros a medio subir.


Ante esta escena, el adolescente pidió ayuda a una vecina, que cogió una barra que tenía en casa y se dirigió en su furgoneta a la parcela. Al llegar, oyó gritos y, tras tocar a la puerta y no abrir nadie, la golpeó y accedió al interior. Lo primero que vio fue un espacio lleno de trastos, y al fondo una puerta de la que salió una niña de 13 años, llorando, gritando y con las mallas bajadas y detrás a Antonio Fuentes, exhibiendo el pene.


Según la mujer, el acusado, con actitud agresiva, cogió un hacha y se dirigió hacia ella, que se defendió con la barra. Luego empezó a darse cabezazos contra la pared, momento que aprovecharon para irse del lugar. Antes de subirse a la furgoneta vio cómo la chica se guardaba 20 euros en las mallas y escuchó al acusado insultar al chico y preguntarle a gritos: "¡Qué has hecho!".

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