Bendición para las mascotas zaragozanas

Cientos de vecinos han acudido esta mañana a la iglesia de San Pablo para procurar a su animales la protección de San Antonio Abad.

Bendición en San Pablo para las mascotas zaragozanas con motivo de San Antón.
Bendición en San Pablo para las mascotas zaragozanas con motivo de San Antón.
Raquel Labodía

Como es tradición, cientos de zaragozanos han acudido este martes, 17 de enero, a la iglesia de San Pablo con sus mascotas para que estas recibieran la bendición con motivo de la fiesta de San Antón, protector de los animales. Desde la once de la mañana un inusual número de perros y gatos merodeaban por las calles del Gancho, como también hacían con sus dueños algún que otro conejo y pequeñas tortugas en cajas de cartón.

 


A las 11.00 el párroco Santiago Fustero ofreció una misa en el altar mayor del templo y, poco después, comenzó la procesión con la imagen del Santo por las calles adyacentes a la iglesia. Este año se hizo sin banda de música y a buen paso, acaso por el frío o porque la celebración entre semana ha hecho que la cita no fuera tan multitudinaria como otros años.


Así, ha habido quienes al llegar a las 12.00 en busca de la bendición de sus mascotas se han encontrado con la desagradable sorpresa de que los actos ya habían acabado.


No obstante, un buen número de perros e, incluso, un burro han recibido la bendición, junto a la imagen del santo que, como es obligado, se le representa con un jabato a sus pies ya que la tradición le atribuye la curación de un cebón.


El párroco recordó que los dueños deben cuidar bien de sus mascotas y apuntó que los animales perciben perfectamente "el afecto, el cariño y el amor" que se les brinda.

También comentó que esta tradición tiene hondo arraigo y se remonta a cuando "en las zonas agrícolas se necesitaba a los animales de labranza para poder subsistir".


En la plaza de San Pablo, los vecinos congregados conversaban sobre la vida y milagros de sus propias mascotas (un perro se había caído la semana pasada escaleras abajo y a un hámster parece que había que operarle de cataratas), al tiempo que los animales jugueteaban entre sí para evitar temblar del frío.


Muchos lucían sus mejores galas, con abrigos de borreguito e, incluso, algún tocado que asemejaba una tiara de diamantes. Este año, aunque hubo que arremolinarse en torno al escenario, hubo agua bendita suficiente para todos, en una bendición de San Antón que "se convierte en garante de salud y bienestar durante todo el año para sus mascotas", explicaron los presentes.


Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión