Cubero vuelve a encender la mecha
El concejal de ZEC agita la confrontación con el PSOE y agrava la tensión que acompaña la negociación del presupuesto.
A las pocas horas de concluir la comisión plenaria del pasado jueves, el concejal de ZEC Alberto Cubero subió orgulloso a su página de Facebook un vídeo con su intervención de cierre, llena de metralla dialéctica contra el PSOE. "Úsenme, úsenme, para desenmascarar el timo del bipartidismo", clamaba a los socialistas, a los que invitaba a tumbar el presupuesto de 2017 de la mano del PP, como ha ocurrido en Madrid o en La Coruña. Volvía a prender la mecha que más le gusta: la de la ruptura con los socialistas.
No era la primera vez. Cubero ya soltó una de sus andanadas contra el PSOE en octubre, pidiendo la dimisión de su portavoz, Carlos Pérez. Dinamitó cualquier opción de pacto de estabilidad. Pero ahora llega en un momento delicado para ZEC, que sin apenas méritos en la gestión se aferra a un pacto presupuestario para vencer su imagen del aislamiento y confrontación.
La preocupación cunde en algunos sectores de ZEC, dado que cada vez que Cubero saca la ametralladora verbal se debilita su relato de la mano tendida. Pero hoy por hoy nadie en ZEC puede chistar a Cubero, quien se siente cómodo en la dinámica del enfrentamiento y mantiene un discurso ganador ante los sectores más radicalizados. Es el único que, como secretario general del Partido Comunista de Aragón, tiene detrás de sí una fuerza lo suficientemente cohesionada frente a la dispersión política y organizativa de los comunes.
En el PSOE y CHA ya no saben qué hacer. Hay que tener en cuenta que el pacto presupuestario en el Ayuntamiento se había medio encauzado, pese a las dificultades que tienen estos partidos para llegar a un acuerdo entre otros motivos por el bloqueo que mantiene Podemos a los presupuestos de la DGA.
De hecho, piden al alcalde, Pedro Santisteve, que actúe. Los follones del servicio Bizi o del intento de municipalización del 010, planes a los que la Intervención del Ayuntamiento ha dado un repaso sin paliativos, además de las tensiones con PSOE y CHA, serían motivo suficiente en cualquier partido convencional para forzar una dimisión. Pero hoy por hoy, el regidor no tiene autoridad interna para tomar una medida semejante frente a un Alberto Cubero en plena cruzada ideológica y para el que la gestión es lo de menos. ¿Podrá al menos Santisteve apagar la mecha?
