"Entonamos el mea culpa". La vicealcaldesa y concejal de Derechos Sociales, Luisa Broto, admitió ayer el fracaso de las ayudas al pago de tributos, que solo repartirán 66.218 euros de los 2,8 millones presupuestados en 2016, un 2,3%. Lo hizo ante las críticas de la oposición, que aludieron al "recorte" que sufre esta partida en el proyecto de presupuestos de 2017, donde aparece un millón de euros, un 64% menos.

La edil reconoció que se erró al establecer los requisitos (los beneficiarios no podían poseer bienes que superasen 3,5 veces el salario mínimo, salvo la vivienda habitual, que no debía rebasar los 120.000 euros de valor catastral, y los hogares no podían poseer ingresos de más de 1,5 veces el SMI).

Broto abogó por hacer "una valoración" y por replantear el proyecto de una forma constructiva. No obstante, rechazó que se hable de recortes. "Lo que no sería lógico mantenerla si se ha visto que la partida no se corresponde a la realidad. Lo lógico es reconocerlo y reconducirlo, me parece de perogrullo. Lo contrario sería peligroso por parte de este gobierno", apuntó.

El área de Empleo, liderada por Arantza Gracia, también recibió críticas por la escasa ejecución del programa de empleo joven y la previsión de cara a 2017. Procedieron, sobre todo, de PP y Ciudadanos. El popular José Ignacio Senao recalcó que el montante se reducirá en 400.000 euros al pasar de 500.000 a 100.000. "Esa es la política que ZEC pretende desarrollar para los jóvenes. Están mal empleando recursos de este Ayuntamiento en cuestiones que no ejecutan", dijo.

Por su parte, Cristina García, de Ciudadanos, instó a "no tirar" el dinero destinado a políticas de primera oportunidad. "Seguramente estuvo mal enfocada o planificada. Hay que darle una vuelta", opinó. En respuesta, Gracia reconoció que "quizá el planteamiento no haya sido el más adecuado". "Lo han solicitado dos personas solamente y eso es lo que estamos analizando. Como sabemos que no ha funcionado, vamos a repensarlo para el año que viene", argumentó.

Las críticas no terminaron ahí. Broto defendió que el presupuesto de Derechos Sociales aumentaba un 6,10% respecto a 2016 y que no hay recortes, sino que algunas partidas aparecen "en un orgánico nuevo". El PP, en cambio, aseguró que las cuentas de Acción Social son las de los recortes. "El año pasado había 50 millones de euros y este, 48", aseveró Reyes Campillo, que recordó que la ejecución de 2016 se quedó al 70% a 29 de diciembre.

El plan de comercio local tampoco se libró de los comentarios. Los ediles lamentaron que vaya a centrarse únicamente en el comercio de proximidad. También se habló de la ley de capitalidad (se aludió al necesario compromiso del Gobierno de Aragón) y de los convenios. Para Ciudadanos, "se repiten casi todos los del año pasado". El PP, por su parte, criticó que Broto los tachase de "moneda de cambio", expresión que utilizó para referirse a lo ocurrido en el Ayuntamiento en los últimos 15 años. "Nos preocupa sobremanera que haya reconocido que son moneda de cambio para su negociación con PSOE y CHA. ¿Cómo dejamos a las oenegés que están trabajando en esta ciudad? ZEC ha demostrado que no ha sabido ejecutar el anterior presupuesto. No son las cuentas sociales que necesita Zaragoza", dijo Campillo.Captación de viviendas

En materia de Vivienda, la oposición acusó a los comunes de no ajustarse a las exigencias ciudadanas. "O eres pobre, o vives de alquiler o no tienes ningún incentivo", resumió Lola Campos, del PSOE.Señaló, asimismo, que "no se ha gastado un euro para desahucios" y que esa partida "se duplica hasta los 200.000 euros".

Los populares, por su parte, criticaron que el proyecto estrella, el programa de captación de viviendas, haya destinado en 2016 más de un millón de euros para cerrar 72 contratos. "Eso supone que cada uno le cuesta a los zaragozanos 17.000 euros, y este año lo incrementan en un millón de euros", recalcaron. Por contra, Pablo Híjar, titular de Vivienda, aclaró que hay "275 expedientes de cesión" y "101 viviendas ya firmadas".