Cuando beber agua potable obliga a viajar a otra comunidad autónoma

Los vecinos de Pozuel de Ariza llevan décadas sin poder tomar agua del grifo porque los altos niveles de sulfatos y nitratos la hacen no apta para el consumo.

Un cartel avisa de que el agua no es potable.
Un cartel avisa de que el agua no es potable.
Ayto. de Pozuel de Ariza

Cuando los vecinos de Pozuel de Ariza abren el grifo, sale agua, pero si lo que quieren es poder beber, tienen que coger el coche, echar las garrafas al maletero y recorrer más de 15 kilómetros hasta la fuente más cercana. Y resulta que esta no se encuentra ni siquiera en Aragón. Hay que cruzar la ‘frontera’ y llegar a Valtueña (Castilla y León) para poder hacer acopio de este bien escaso.


Los vecinos llevan varias décadas sufriendo este problema: sin poder beber agua del grifo, ni usarla para cocinar ni tan siquiera para lavarse los dientes. Y es así porque el agua corriente de la red municipal no es apta para el consumo: la cantidad de sulfatos y nitratos que contiene la convierten en no potable. Uno de los últimos análisis de Salud Pública determina que el nivel máximo de sulfato que puede contener el agua es de 250 miligramos por litro y la de Pozuel cuadruplica esa cifra (1.041 mg/l). El nivel de nitrato no puede ser superior a 50 mg/l y, en este caso, es de 64 mg/l.


El problema no es nuevo y la solución tampoco resulta excesivamente cara (unos 40.000 euros) y, si bien ahora parece que se va a solventar, ha tardado demasiado tiempo en llegar. La alcaldesa, Encarna Bermúdez (IU-Zgz), prefiere no hacer leña del árbol caído con este tema, aunque recuerda: "En apenas un año –llegó al Ayuntamiento en junio de 2015– y con un poco de interés se ha solucionado un problema que sufríamos desde hace décadas".


"El agua corriente llegó en los años setenta, pero al menos en los últimos treinta años no hemos podido beber agua del grifo", cuenta la regidora, que explica que hay vecinos que beben agua embotellada, pero que la mayoría se desplazan hasta el pueblo de al lado, Valtueña, "que tiene agua en abundancia", para rellenar sus garrafas. También hay quienes optan por ir a Medinaceli (también en Soria y a unos 40 kilómetros) o a Jaraba (en la Comunidad de Calatayud, a 38 kilómetros).


Pozuel de Ariza tiene 23 empadronados, aunque la alcaldesa asegura que en época estival, y especialmente en agosto, puede llegar a superar los 250 vecinos.


El pasado febrero, la alcaldesa trasladó el problema de la potabilizadora al presidente de la Diputación Provincial, Juan Antonio Sánchez Quero, durante una visita a la localidad. Este se comprometió entonces a buscar una solución al asunto, que llegó en junio a través de una ayuda de emergencia para crear una estación de tratamiento de agua potable.


El coste de la obra, que sufragará la DPZ, es de 41.074 € más IVA, pero el impuesto correrá a cargo de las arcas municipales, que tienen un presupuesto de unos 147.000 euros este año. La subvención fue concedida el pasado 15 de junio y las obras deben concluir antes del 15 de septiembre.


La alcaldesa concreta que la potabilizadora se instalará a mitad de camino entre la toma de agua y el depósito. Los trabajos ya se han adjudicado a la empresa Adiego Hermanos, que, según detalla Bermúdez, ya han pedido el material. Las obras empezarán de forma inminente y quizá para octubre ya se podrá beber agua del grifo.

Una denuncia casi histórica


El problema del agua no es nuevo en Pozuel de Ariza. Ya en 1999, después de las primeras críticas a los vertidos ilegales que provenían de una granja porcina del municipio anejo de Monteagudo de las Vicarías (Soria), algunos vecinos realizaron las primeras analíticas del agua del pueblo. "Los niveles de nitratos detectados ahora son más del doble que los que se encontraron entonces", explica la alcaldesa. La asociación vecinal La Torre ha realizado diversas denuncias tanto al Seprona como a la consejería de Medio Ambiente de Castilla y León. "Denuncian malos olores, vertidos ilegales de purines y animales muertos, riesgo objetivo de contaminación de aguas superficiales y subterráneas y otra serie de incumplimientos", detalla la regidora.


El tema ha llegado incluso a ser debatido en las Cortes de Aragón a través del grupo IU. El propio Ayuntamiento concedió en 2011 una autorización a la explotación que le obligaba a cumplir una serie de requisitos. Pero los problemas continúan y el agua se sigue cogiendo de la acequia Honda, que viene de Monteagudo y pasa al lado de la granja.


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