Zaragoza

Arte, acrobacias y valentía, en el ruedo de Villanueva

Podrán verse más revolcones en un nuevo desafío de ganaderías.

Un mozo incita a un astado para que trepe por las escaleras de madera.
Raquel Labodía

Agilidad, habilidad y un poco de fortuna son algunas de las características que reunían los tres recortadores y que pudieron verse en el ruedo de Villanueva ayer por la tarde. La improvisada plaza de la localidad volvió a llenarse para celebrar un nuevo espectáculo, que disfrutaron familias enteras en la gradas.


Los más previsores acudieron con neveras llenas de aperitivos, sombrillas para refugiarse del sol y con garrafas de agua o sangría para refrescarse. Las cuatro damas de 2016 dieron la vuelta de honor a la plaza de toros mientras los espectadores aplaudían y piropeaban a las jóvenes poco antes de que la exhibición de valientes y acrobáticos recortadores comenzase. Los tres mozos esperaban nerviosos el momento de empezar. Minutos antes de saltar al ruedo, Salva Serrano confesó que sentía "un poco de intriga y de nervios por saber como va a transcurrir la tarde". El recortador, natural de Castellón, afirmó que "siempre hay algo interior que preocupa un poco" pero que "una vez que sale el toro estas tranquilo y vas a la faena".


Su compañero Francesc, de San Carlos de la Rapita, también reconoció sentirse un poco nervioso porque quería "estar a la altura de las circunstancias y del pueblo", ya que la ganadería de ayer trajo toros fuertes, grandes y muy ágiles. "Cualquier error lo podemos pagar caro", admitió Francesc. Ambos reconocieron que el objetivo de la tarde era "hacer trabajar a los animales, que la gente se divierta y que nadie salga herido".


Los tres recortadores pudieron brindar un buen espectáculo a los vecinos de Villanueva. Desde el primer momento, los profesionales obligaron a los toros a sortear los distintos obstáculos y lograron arrancar varias ovaciones a lo largo de la tarde, sobre todo cuando los astado conseguían superar alguna traba. Los vecinos de la localidad podrán disfrutar de un nuevo espectáculo taurino en la plaza de toros a las siete de la tarde, poco antes de la charanga de caramelos prevista para las nueve de la noche.