La vida en un edificio en ruinas

Los vecinos de la avenida de las Estrellas 1-3, el bloque afectado por una dolina, recibieron esta semana con decepción el fallo del TSJA que rebaja la condena al Consistorio.

Manolo y Óscar Callejo, vecinos de la avenida de las Estrellas, muestran las grietas del garaje.
Manolo y Óscar Callejo, vecinos de la avenida de las Estrellas, muestran las grietas del garaje.
Raquel Labodía

Suelos y techos que crujen, grietas que recorren prácticamente cada pared de las más de seis plantas, brechas en el garaje de varios centímetros. Baldosas que se rompen, cuadros y espejos que se caen, puertas que no cierran. Y sobre todo la sensación de peligro constante, de que el hogar se ha convertido en una trampa mortal que se puede derrumbar en cualquier momento.


Así es el día a día del centenar de familias que viven en el bloque de pisos de la avenida de las Estrellas 1-3, en Valdefierro, que fue construido sobre una dolina y adolece de graves problemas estructurales. Hace solo unos

días recibieron con decepción y rabia la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA).


Aunque el fallo confirma lo que en su día dictó el Juzgado de lo Contencioso-administrativo número 4 –la condena al Ayuntamiento de Zaragoza, a la promotora Pallás y a cuatro arquitectos a indemnizar con unos 20 millones de euros a los vecinos–, el TSJA limita la responsabilidad del Consistorio. Así, en lugar de considerar a todos los condenados responsables solidarios, el Tribunal estima que las arcas municipales solo deberán afrontar el 20% de los pagos.


"Es una vergenza", critica Carmen Zabal, una de las afectadas. "Lo que estamos sufriendo los vecinos... te quitan la moral", resume. Una opinión que comparteNoemí Pino, otra de las propietarias. "Uno se acostumbra a vivir así, pero no es normal. Es vergonzoso", afirma.


De hecho, hay quien ante las continuas roturas no aguanta más. Mara García, que vive de alquiler en el edificio desde hace dos años, explica que está buscando otro piso para mudarse. "En mes y medio espero no estar aquí", confiesa la joven, que detalla la lista de desperfectos a los que se enfrenta: desde puertas que ya no cierran hasta las omnipresentes grietas que aparecen en todas las habitaciones y recorren el inmueble. Otros, como Andrei Vaideanu, que también vive arrendado desde el pasado noviembre, se resignan a continuar en el edificio.


"Tengo una hipoteca para treinta años por una casa que vale cero", muestra desconsolado Eladio Rodríguez, otro habitante que ve cómo lo abonado hasta ahora le suponen "diez años tirados a la basura".


Al pago de los préstamos por las viviendas se suman las continuas derramas que deben afrontar para las obras más urgentes. Una de las más habituales, como señala Óscar Callejo, presidente de la comunidad de vecinos, es la que llevan a cabo periódicamente para mantener la distancia de seguridad entre las tuberías del gas y las paredes, ya que estas se comban. Y es que, como recuerda Callejo, los técnicos que inspeccionaron el edifico dijeron que a partir del 2017 sería "un peligro vivir allí", pero que a partir del 2025 el riesgo de derrumbe sería ya "inminente".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión