Llegan las altas temperaturas y con ello las quejas de trabajadores y usuarios de algunos centros municipales afectados, en particular, el centro cívico Tío Jorge y la Casa de Amparo. En el primero de ambos casos, la ausencia de instalación de aire acondicionado es total y se parchea con ventiladores y refrigeradores conocidos popularmente como ‘pingüinos’; en el segundo, el problema se centra en las habitaciones de dos de sus plantas, en las que viven personas impedidas. El sindicato CSIF denuncia quejas de "decenas" de trabajadores de estos centros, así como otros problemas similares en el centro Teodoro Sánchez Punter, la Escuela de Jardinería o el Museo del Foro, si bien en este último caso, según sus responsables, la climatización es la adecuada.

Fuentes municipales, en este sentido, argumentaron que la climatización del Tío Jorge y la de la Casa de Amparo, así como la mejora del Sánchez Punter, están presupuestadas para este año pero que no se han podido empezar las obras este verano debido a que no salieron adelante las modificaciones de créditos propuestas en la última comisión de Economía de junio, al no contar el Gobierno de ZEC con los apoyos suficientes. En todo caso, el CSIF recuerda que la licitación de los proyectos de los dos centros cívicos se produjo a finales de 2015 y considera que había tiempo suficiente para que los trámites hubieran sido más ágiles.

La mayoría de quejas se centran en el centro cívico Tío Jorge, en pleno Arrabal, y en la Casa de Amparo. En el primero de ambos edificios, que data de los noventa y se construyó sin sistema de climatización, algunos de sus trabajadores aseguran que pese a los ‘pingüinos’ y ventiladores se llegan a rozar los 30 grados en los días de más calor.

De hecho, existe desde el año pasado un requerimiento del Ministerio de Empleo para que instale cuanto antes el sistema de climatización, cuya carencia han comprobado en sucesivas visitas, y se tomen medidas correctoras. La semana pasada se realizaron nuevas mediciones que se pondrán en relación con las obtenidas el verano pasado para intentar evitar que superen los 27 grados (hace un año fueron de hasta 32).

A merced del bochorno

La biblioteca del centro cívico Tío Jorge era esta semana un ir y venir constante de ávidos lectores que, además, aprovechaban un día de cierzo. "Otras veces no es así y los tres ‘pingüinos’ que tenemos apenas hacen nada", afirmaban fuentes de la dirección de este espacio. "Hay que reconocer que la nueva corporación fue más sensible y puso ventiladores, pero seguimos pasando mucho calor", afirmaron.

En la Casa de Amparo, donde la queja de los trabajadores es más generalizada según las fuentes del CSIF, destacan que los espacios comunes ya cuentan con climatización y que las obras en las habitaciones "tienen proyecto", dijeron.