Tercer Milenio

En colaboración con ITA

La Guardia Civil indaga si un bebé hallado muerto en el ecovertedero fue arrojado vivo a la basura

La cabeza del niño, que tendría "pocos meses", fue localizada por un operario en la cinta de residuos orgánicos. Ahora se trata de encontrar el resto del cadáver.

La Hermandad de la Sangre de Cristo se llevó el cráneo al Instituto de Medicina Legal de Aragón, donde será examinado.
La Hermandad de la Sangre de Cristo se llevó el cráneo al Instituto de Medicina Legal de Aragón, donde será examinado.
José Miguel Marco

La historia se repite. Como sucediera a finales de septiembre de 2015, un operario del ecovertedero de La Cartuja dio este martes la voz de alarma al distinguir en una de las cintas clasificadoras lo que parecía ser un bebé. A diferencia de entonces, cuando se encontró un cuerpo entero, lo único que se pudo rescatar ayer de entre la basura fue una pequeña cabeza. De ahí que, una vez informada del macabro hallazgo sobre las 10.30, Guardia Civil dedicara más de una docena de agentes y prácticamente todo el día a buscar el resto del cadáver entre las toneladas de residuos orgánicos que se almacenan en la planta. Pese a ello, al cierre de esta edición, la Comandancia de Zaragoza no tenía constancia de que se hubieran producido nuevos hallazgos de restos humanos.


Lo único que parecen tener claro de momento los investigadores es que no se trata de un feto, como la otra vez, sino de un bebé que habría nacido y tendría unos "pocos meses". En un principio, se llegó a decir también que el pequeño era de raza negra, pero fuentes de la Guardia Civil no pudieron confirmarlo. "Al hallar la cabeza entre la basura, no se puede concretar todavía nada. Que tuviera la piel oscura puede deberse a distintas razones y habrá que esperar a que la examinen los forenses", aseguraban. De hecho, a falta de localizar otras partes del cuerpo, la Hermandad de la Sangre de Cristo trasladó el cráneo al Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) para que empiecen a practicarle pruebas.Todas las posibilidades abiertas


El Grupo de Personas de la Unidad Orgánica de Policía Judicial mantiene todas las vías de investigación abiertas, incluso la de que el bebé pudiera ser arrojado vivo a la basura. En el caso de que se deshicieran de él una vez muerto, los investigadores tampoco pueden aventurar si el cadáver estaba ya descuartizado o fue alguno de los camiones de recogida el que al aplastar los residuos pudo seccionarlo.


Las pesquisas se presumen largas y complejas, ya que al centro de Tratamiento de Residuos Urbanos de La Cartuja no solo llega toda la basura que produce la capital aragonesa, sino también la de otros 61 municipios de su entorno. Los responsables del complejo saben qué rutas habían descargado desechos durante las primeras horas del martes, pero, aún así, se hace necesario acotar más las búsqueda para intentar obtener resultados positivos.


El feto descubierto hace diez meses resultó ser el de una niña que se encontraba en el séptimo mes de gestación. La autopsia reveló que la madre había tenido un aborto, pero nunca se supo su identidad ni la de la persona que dejó el cuerpo sin vida en un contenedor de reciclado de envases.


El cráneo encontrado fue arrojado en un cubo de basura y no en un depósito de reciclaje de la calle, lo que permite saber que se deshicieron de él el pasado lunes. Porque, a diferencia de la de los plásticos, la recogida de residuos orgánicos se hace a diario.


En cualquier caso, todos confían ahora en que la autopsia aporte más luz a este caso.

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