Juzgan a cinco limpiadores del Salud por un incidente ocurrido en la huelga de 2013

La fiscal retiró los cargos a dos de las mujeres, pero pidió que se condene por desobediencia a los otros tres empleados.

Los cinco acusados, ayer, en la sala de vistas minutos antes de comenzar el juicio.
Los cinco acusados, ayer, en la sala de vistas minutos antes de comenzar el juicio.
Javier Cebollada/Efe

El conflicto laboral que las limpiadoras de hospitales y centros de salud de Aragón mantuvieron en 2013 en defensa de sus condiciones laborales se tradujo en 49 días de huelga y numerosas manifestaciones y protestas. Sin embargo, en solo una de ellas se produjo un incidente con la Policía Nacional que se saldó con tres personas detenidas y otras dos denunciadas posteriormente –en total cuatro mujeres y un hombre– por desobediencia, resistencia, atentado, alteración del orden público y lesiones.


El episodio en concreto se produjo el 18 de junio durante una concentración celebrada ante la sede del departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón, en la plaza de la Convivencia. Las trabajadoras llevaban ya 32 días de huelga y su intención era protestar y lograr que el consejero de entonces, Ricardo Oliván, les recibiera para transmitirle sus reivindicaciones y evitar la aplicación de la reforma laboral. Los policías allí desplegados tenían orden de que no entraran en el edificio pero, según los agentes, los manifestantes lo intentaron por la fuerza y actuaron en consecuencia.


Tres años después del suceso, los cinco se sentaron ayer en el banquillo de los acusados para ser juzgados por un delito de desobediencia por el que la Fiscalía pedía inicialmente nueve meses de prisión para cada uno de ellos. Además, para el imputado Miguel S. T. solicita tres multas por otras tantas faltas de lesiones leves causadas a los agentes. Sin embargo, tras escuchar las declaraciones de imputados y testigos y de visionar el vídeo que las propias cámaras de Sanidad grabaron del incidente, la fiscal no pudo por menos que retirar la acusación a Carmen V. y Esmeralda R. (por no apreciar que hicieran nada delictivo) y rebajar de cárcel a multa la pena que solicita para el resto por desobediencia.


Las imágenes que se pudieron ver en la sala mostraron el numeroso grupo de personas que aquella mañana se dieron cita en la plaza de la Convivencia y que, pertrechadas de pancartas, pitos y bocinas, gritaban sus consignas.


Según declararon ayer las acusadas, hubo dos circunstancias que las situaron en primera línea de la protesta: que el grupo se dio la vuelta de golpe al enterarse de que el consejero no estaba en la sede del Salud sino en la del departamento de Sanidad, situada una frente a otra, y que empezó a llover intensamente.


"Iba la última, pero de pronto me quedé la primera y junto a los cristales de la puerta de entrada porque nos refugiamos en los porches", declaró Carmen R. Añadió que estaba "pegada" a un policía, que la retiró de un manotazo y le hizo caer al suelo. "En la caída estuve a punto de golpearme la cabeza contra un macetero y al decirle si se había dado cuenta lo que había hecho y que me podía haber matado, me dijo: “Estás detenida” y me metió dentro del edificio".

"Arengando a la masa"

Esta circunstancia hizo que se caldeara el ambiente y que varias de sus compañeras trataran de interesarse por ella. Una de ellas, Sara G. V., afirma que preguntó a un agente por Carmen R. y que la respuesta de él fue sacar la porra. "Yo levanté los brazos y él me los sujetó, me detuvo y también me llevó dentro del edifico. La mochila que llevaba se me enganchó en la puerta y mi madre (la acusada ya exonerada Carmen V.) logró desengancharla y pidió que le dejaran entrar conmigo, pues entonces yo estaba de baja psicológica". Según la Policía, Sara G. V. estuvo "arengando a la masa" para que empujase y lograr entrar al edificio.


Miguel S. T. –que aseguró que no empujó a los policías– fue reducido por tres agentes y, según la fiscal, les causó hematomas leves. Un funcionario admitió que él no apreció "ánimo de agresión" en los manifestantes, aunque sí que estaban "constantemente empujando". Los abogados de los acusados, Ricardo Pina, Alejandro Uriel, Ana Gallego y Leandro Ubieto, pidieron su absolución.

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