Los paros han provocado la pérdida de 1,5 millones de viajeros cada mes

El tiempo de espera en las paradas de la 30, la 41 y la 52 se disparó entre un 75% y un 80% en las horas con el servicio afectado. Durante el horario de huelga el número de usuarios cayó de media un 34%.

Las frecuencias se dispararon durante los paros.
Las frecuencias se dispararon durante los paros.
Aánzazu Navarro

Que la huelga del autobús urbano ha hecho estragos en el servicio es más que evidente. No hacía falta más que pasar estos días por cualquier parada de la ciudad durante el horario de paros parciales para darse cuenta. Allí se han juntado por decenas los resignados que confiaban en que el autobús no les trastocase demasiado sus rutinas; mientras eso ha ocurrido en las marquesinas, otros muchos zaragozanos decidieron buscarse la vida de otra manera para desplazarse. Así lo reflejan los datos: durante los tres primeros meses de huelga, el servicio perdió el 20% de sus usuarios. En total fueron 4,4 millones de viajeros menos, lo que ha supuesto una fuga de casi 1,5 al mes.


Estos últimos son los datos globales del servicio. Sin embargo, los técnicos de Movilidad han analizado el comportamiento de la red línea por línea, e incluso separando los horarios de huelga del resto de la jornada. Los números reflejan que, en total, durante las horas de huelga se registró un 34% menos de usos que en esas mismas horas durante los mismos días el año pasado.


En esos tramos horarios algunas líneas han perdido la mitad de los usuarios que tenían. La 41, por ejemplo, ha tenido un 50% menos de viajeros durante los paros matinales y un 52% en los vespertinos; la línea 52, un 49% menos por la mañana y un 47% por la tarde; y la 30, un 47% y un 48% menos, respectivamente. Hay otras líneas con descensos más moderados, de entre el 20% y el 40% de pérdida de usuarios, como la 21, la 22, la 32... Solo unas pocas líneas han subido de usuarios, pero el motivo es claro: son recorridos que no han empeorado sus frecuencias ya que, al contar con solo un autobús, si se hubiese eliminado se habrían quedado sin servicio.Las frecuencias se disparan

El decreto de servicios mínimos del 33% que el Gobierno se empeñó en fijar desde el principio de la huelga no ha tenido una aplicación regular en todas las líneas, ya que dependía del número de autobuses que recorren cada una. En algunas ocasiones, la reducción del servicio sí pudo ser exactamente del 33%, como en el caso de las dos circulares y la 36: al contar con nueve autobuses, durante el horario de paros se retiraban seis y quedaban tres. La repercusión en las frecuencias ha sido proporcional: en el caso de las circulares, subía de 7 a 21 minutos.


En otras líneas, esa división exacta no se podía hacer, y en algunos casos salían aún más perjudicadas por la huelga. La más damnificada ha sido la 52, de cinco a un autobús, por lo que las frecuencias pasaron de 12 a 60 minutos (un 80% más). La 30 y la 41 de cuatro a un bus, y su horario se disparó un 75%. Ello explica que de que estas sean las líneas que más clientes han perdido.

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