Los párquines imposibles de Zaragoza

El inicio de las obras de la calle de Moret supone la culminación de un proyecto histórico que parecía condenado a dormir eternamente el sueño de los justos. De hecho, su construcción se iniciará casi medio siglo después de que se planteara el primer proyecto, que en 1971 dibujó un aparcamiento subterráneo bajo la plaza de Los Sitios. Sin embargo, al menos ocho planes de aparcamientos similares siguen en los cajones del Ayuntamiento a la espera de tiempos mejores.

Uno de ellos está, incluso, construido. Se trata del parquin construido bajo la escuela infantil del parque Bruil, que lleva casi seis años terminado y sin uso, a pesar de que costó alrededor de un millón de euros. El Ayuntamiento ha hecho durante todo este tiempo varios intentos de que alguna empresa se encargara de la gestión de las 200 plazas, pero ninguno ha tenido éxito. Ahora la opción pasa por buscar una fórmula similar a la empleada en el de la calle de Moret, es decir, una venta del subsuelo en lugar de un arrendamiento, para que los propietarios de plazas puedan serlo a perpetuidad.

Hay otros dos proyectos en la ciudad que llegaron a salir a concurso, que llegaron a adjudicarse y que, finalmente, no vieron la luz. Las empresas que ganaron los concursos para construir y gestionar los aparcamientos subterráneos de Duquesa Villahermosa y la plaza Reina Sofía finalmente renunciaron, privando a los vecinos de un alivio a la dificultad para encontrar sitio para aparcar en la calle.

Otros seis párquines públicos para el subsuelo zaragozano tienen el anteproyecto hecho, pero no han salido adelante: se pensaban localizar en la avenida de Navarra, Peña Oroel, Perdiguera, Florentino Ballesteros, Cesáreo Alierta y García Godoy. El primero de ellos -440 plazas entre la avenida de Madrid y el paseo de Calanda- se sacó de los cajones en 2013, pero un estudio lo consideró inviable.

Entonces, este y otros proyectos se enfrentaban al problema que los aparcamientos eran concesiones a 40 años para las constructoras, que podían vender las plazas a los propietarios solo por este periodo de tiempo. Sin embargo, un cambio en el Plan General de Ordenación Urbana permitió que el subsuelo se pudiera vender a perpetuidad, lo que hace mucho más atractiva la operación. Esta es la fórmula que se ha empleado en el aparcamiento de la calle Moret, la que se quiere emplear en la plaza de Los Sitios y la que puede desatascar otros proyectos enquistados en Zaragoza.