La huelga del autobús urbano continúa sin visos de solución ni a corto ni a medio plazo. Después del frustrado intento de negociación de esta semana, el diálogo entre Auzsa, empresa concesionaria del servicio, y los trabajadores se ha interrumpido y no se reanudará al menos hasta la semana que viene. Entonces, el comité de empresa preguntará a la plantilla cuál es su opinión sobre la última propuesta de la adjudicataria, y se planteará si se tocan o no los paros parciales. De momento, no consta que nadie haya propuesto levantarlos. No se descarta que, incluso, se puedan endurecer, aumentando por lo tanto las afecciones a los usuarios.

La última reunión entre ambas partes, el lunes en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA), sirvió para que la empresa hiciera una nueva propuesta. En ella, Auzsa entregó una planificación anual de descansos para toda la plantilla, como pedían los trabajadores, y así como otras peticiones de "temas organizativos, de conciliación de vida laboral y social, de permisos y de vacaciones", según manifestó la propia empresa. Además, ofreció modificar la congelación salarial que planteaba hasta ahora por una actualización del IPC más un 0,15% anual hasta 2019.

Los representantes de los trabajadores rechazaron frontalmente estos planteamientos. Ayer, el presidente del comité, Javier Anadón, incluso dijo que con esta propuesta perderían dinero, "se quitan complementos y derechos que habíamos adquirido". Aseguró que han remitido la propuesta de la empresa a toda la plantilla para que la analice. "La semana que viene algo se decidirá, porque hay quien quiere endurecer los paros", avisó.

La propuesta de los empleados

Además, Anadón señaló que "no ha sentado bien" a los trabajadores que la empresa no considerara la propuesta que presentaron. Esta consistía en fraccionar la subida del 4,2% que piden, para que se dividiera en 3,9% un año y el restante 0,3% otro, más 45 euros lineales en vez de los 50 que solicitaban hasta ahora. La empresa el martes dijo no encontrar explicación a que los trabajadores apenas hayan movido sus posiciones desde el inicio de las negociaciones, tras 14 meses de diálogo.

Desde el comité apuntaron ayer que no se sentarán a dialogar hasta que la plantilla no analice la propuesta. De momento, hoy van a participar en las movilizaciones convocadas por las limpiadoras de limpieza, y mañana volverán a intervenir en el pleno municipal para ver "qué reacción hay" por parte de los grupos municipales.

Desde Auzsa, por su parte, se mostraron "con ganas" de volver a negociar y dispuestos a hacerlo cuando los trabajadores lo consideren. Además, lamentaron de nuevo que el comité de empresa decidiera "unilateralmente" levantarse el lunes de la mesa del SAMA y que terminara así con la negociación. Ahora, el diálogo queda roto nuevamente, como ya ocurriera el pasado 5 de enero. Entonces, ambas partes estuvieron dos semanas sin tratar de llegar a un acuerdo.

El Gobierno pide diálogo

El equipo de Gobierno municipal, que trata de mediar en el conflicto, volvió a pedir ayer que las partes dialoguen y busquen un acuerdo. Tanto el lunes como ayer mismo hubo contactos del Ayuntamiento con ambas partes para calibrar la gravedad de las diferencias que les enfrentaron en la reunión del lunes. En la plaza del Pilar muestran su "extrema preocupación" por las molestias que la huelga están causando a los usuarios.

Hay que tener en cuenta que hoy se cumplen 49 días de paros parciales, que afectan al servicio de 9.00 a 11.30 y de 18.00 a 20.30. Durante estas horas solo salen uno de cada tres vehículos, a lo que hay que sumar la media hora de antes y la media de después, cuando las líneas se van afectadas para que los autobuses vayan o vuelvan desde las cocheras de la carretera de Castellón.

El concejal de Economía, Fernando Rivarés, también habló ayer del asunto, e instó a Auzsa y al comité a que lleguen a un acuerdo "que pare de verdad y no en falso esta huelga". El edil de ZEC también mandó un mensaje a la compañía, a la que pidió que "empiece a ser más generosa" en la negociación.