"Ser solidarios nos puede hacer más felices"

“Tenía 29 años, mi situación económica era especialmente buena, mi despacho de abogados funcionaba bien, era profesor universitario, me acababa de comprar casa...” En el verano de 2003, todo era de color rosa para el abogado madrileño Paco Moreno, fundador de la oenegé Amigos de Silva, pero su vida dio un giro de 180º en el mismo instante en que decidió cambiar su destino vacacional, que iba a ser Grecia, por unas semanas de voluntario en una de las casas que las Misioneras de la Caridad tenían Etiopía.

Y así empezó una historia que diez años después él ha querido contar en un libro ‘Mi lugar en el mundo’, que este martes presenta en Zaragoza, a partir de las 19.30, en Caixaforum (avda. Anselmo Clavé, 4) y que ha sido galardonado en la primera edición del premio Feel Good, que otorga la Obra Social de ‘La Caixa’ y la editorial Plataforma por ser un testimonio de lo que “significa ser solidario y de por qué serlo nos puede hacer más felices”.

Paco asegura que él lo ha conseguido y que su primer paso por Etiopía, el país más pobre del mundo, hace ya más de diez años, fue “un impacto, un choque mental y físico brutal”. Un cambio que le hizo replantearse las cosas hasta el punto de que, verano tras verano, volvía al desierto de Afar, conocido por ser la zona más calurosa del planeta, para ayudar a abastecer de agua potable a la población, además de dar apoyo sanitario y nutricional.

Este fue el primer paso, el segundo fue fundar, en septiembre de 2005, junto con su amigo Jordi, la oenegé Amigos de Silva que, según sus propias palabras, le ha permitido encontrar su lugar en el mundo. “En esta década hemos podido atender, cada año, una media de 200/300 niños en los programas de nutrición. Además, hemos perforado 16 pozos de agua, de los que doce suministran agua potable, algo importantísimo en este país, porque permite que la gente, en su mayoría nómada, pueda echar raíces y asentarse en un lugar. Y, lo más importante, permite que las niñas, que son las que se encargan de buscar agua, solas o con sus madres, puedan ir al colegio y no tengan que desplazarse todos los días una media de cinco o diez kilómetros para buscar agua y volver cargadas con decenas de litros. Un pozo que significa para ellos acceder a una existencia más sedentaria, lo que supone una mayor calidad de vida”, indica.

En la oenegé, apuestan por dos campos de actuación: el agua y el sanitario. En este último caso, su proyecto estrella, al que más recursos han destinado, ha sido la rehabilitación, ampliación y construcción del hospital de distrito de Asayita, que ha permitido duplicar la capacidad sanitaria de la región de Afar. “Además también hemos puesto en marcha programas de oftalmología, de cuidados domiciliarios y de nutrición”, apunta Moreno.

Pero su mayor satisfacción es comprobar, con sus propios ojos, cómo los niños de su programa, que entran sin apenas esperanza de vida, recuperan kilos y, sobre todo, esperanza de vida.

“Nuestro reto es continuar adelante con nuestros proyectos y que más gente se involucre en temas solidarios porque, en mi caso, cuando empecé a compartir y a ayudar a los demás, encontré mi paz interior y hoy en día tengo la suerte de comprobar que nuestro esfuerzo merece la pena, cada vez que un niño sale adelante o una familia bebe agua de nuestros pozos”, señala.

Paco viene de vez en cuando a España, con su familia, que también vive con él en Etiopía, y su percepción es que en España la gente, sobre todo los más jóvenes, “sí tienen muchas ganas de ayudar a los demás. Lo que pasa es que a veces no saben cómo canalizar el tema del voluntariado y no saben dónde ir o a quién dirigirse”.

A todos ellos, su testimonio les puede servir de ayuda para darse cuenta de que “ser solidario nos ayuda a ser más felices, pero, sobre todo, nos permite hacer más felices a los demás”, concluye.

Más información en la web Amigos de Silva o a través del correo electrónico: info@amigosdesilva.org.