Grullas, cascadas y el afilador... Así suena la vida en Muel

El antropólogo Félix Rivas ha estado tres años grabando sonidos característicos del pueblo que se pueden reproducir en un mapa interactivo.

La cascada de Muel, uno de los sonidos del mapa sonoro
La cascada de Muel, uno de los sonidos del mapa sonoro

Hay sonidos que tenemos tan interiorizados que no reparamos en ellos, no advertimos que son marcadores del paso del tiempo, de las estaciones del año, de las fiestas y del discurrir diario de nuestros pueblos. En Muel, el antropólogo y vecino de la localidad Félix Rivas decidió parar el tiempo capturando sus sonidos, crear como un libro de Muel escrito con el murmullo de la vida de sus calles, plazas y campos.


Así, desde hace tres años comenzó a grabar sonidos que fue subiendo a al blog del mapa sonoro de Muel explicando cada uno de ellos. "Era una manera de visibilizar la forma de vivir, de dejar claro que los pueblos están vivos porque el ruido se relaciona con la vida, y de experimentar nuevos métodos para explicar la etnografía de las sociedades presentes", explica Rivas.


Las furgonetas que pasan con altavoces del afilador, el tapicero o el colchonero, las campanas de la iglesia del día de la Fiesta Mayor, los grillos en verano, el jolgorio de las vaquillas, el tradicional "sí, sí, probando" previo a la verbena, o el graznido de las grullas que sobrevuelan dos veces al año los pueblos del Huerva en su ida y venida hacia los países nórdicos o el Sur de España son algunos de los murmullos vitales del pueblo ahora encapsulados. "El de las grullas es muy característico porque cuando se oye ese sonido la gente del pueblo levanta la cabeza y es como escuchar algo familiar; es además una conexión muy bonita de Muel con otros lugares como Gallocanta, el Pirineo y las zonas de Europa donde van a pasar el verano", explica Rivas.


Así, hasta más de 50 sonidos grabados, sin melodías, ni lenguaje verbal, solo el ruido del paisaje, que además de en el blog, se pueden localizar a través de iconos localizados en un mapa de Google Maps.

Sonidos de infancia
El mapa sonoro se presentó recientemente en un acto a los vecinos del pueblo, en el que se pudo constatar el poder evocador de los sonidos. "A la gente le llamaron la atención algunos sonidos especialmente, como el de la algarabía de voces de niños en el patio del colegio, y se recordaron pueblos de alrededor que había perdido la escuela y ya no escuchaban ese sonido. Otros recordaron su infancia porque los sonidos, como los sabores, tienen la capacidad de engarzar rápidamente con la memoria", comenta Rivas.


Este proyecto poco a poco sumó seguidores, y algunos vecinos acabaron ellos mismos grabando sonidos con sus móviles y subiéndolos al blog para seguir sumando capítulos a este libro sonoro.


Los investigadores del futuro tendrán más fácil conocer la vida de Muel gracias a este banco de recursos intangibles, o también los aragoneses emigrados que tengan morriña pueden rememorar los sonidos de la tierra solo entrando en internet.

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