El jardinero perdido y hallado en su casa

Los descendientes Gracia Gazulla aseguran que nadie les informó del cambio de ubicación del busto.

El busto de Gracia Gazulla en su antigua y en su nueva ubicación
El busto de Gracia Gazulla en su antigua y en su nueva ubicación
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José Antonio Gracia creció viendo el busto de su abuelo en el parque Grande (entonces Primo de Rivera y ahora José Antonio Labordeta). Asistió con 12 años al día de la inauguración de la escultura en 1943 y cuenta que durante años solía pasear hasta allí para ver la cara de su abuelo. Hasta que un día, dice, el pedestal desapareció.


El busto estaba labrado en piedra y las inclemencias del tiempo, junto a las travesuras de los vándalos, habían acabado destrozando la nariz de la escultura, así que el Ayuntamiento la retiró del parque para restaurarla. La familia cuenta que nadie les informó y que durante meses estuvieron preguntando al Consistorio sobre el paradero de la escultura sin obtener una respuesta satisfactoria.


“No sé cuántos depósitos me recorrí hasta que al final la encontré, hace ya varios años -cuenta José Antonio-. Estaba en un almacén de la calle de Madre Rafols, ya restaurada, pero me dijeron que no se volvería a colocar en su sitio porque la piedra era demasiado blanda y no aguantaría. Me indigné, insistí, pero no volví a saber nada”, asegura.


Su abuelo y protagonista, Fernando Gracia Gazulla, dedicó toda su vida a la jardinería y acabó siendo nombrado jardinero mayor del Ayuntamiento de Zaragoza. Se involucró en el diseño y puesta en marcha de los jardines del parque Grande y creó en él los viveros municipales, donde se encargaba del cultivo, el cuidado y el mantenimiento de los árboles y plantas que decorarían después otras calles y plazas de la ciudad. Incluso se construyó para él una casita en el parque, lo que hoy es el taller de Parques y Jardines, pero al final falleció dos meses antes de mudarse a ella, según cuentan sus descendientes.


Fue un personaje conocido y estimado por los zaragozanos y tras su fallecimiento en 1942, el Ayuntamiento decidió honrar su memoria encargando un busto que ocuparía un lugar privilegiado en lo que él consideraba su parque. La obra, encargada al escultor Francisco Bretón, fue inaugurada a bombo y platillo el 20 de junio de 1943.


Para los descendientes era "una vergüenza" que la escultura del jardinero no hubiese vuelto nunca a su lugar de origen y su nieto lamentaba que su abuelo no estuviese "rodeado por sus querídas plantas".


Al oír de estas reclamaciones hace apenas unos días, fuentes de Patrimonio se mostraron muy sorprendidas y declararon que el busto lleva más de dos años y medio colocado en el vestíbulo del taller de Parques y Jardines, en el mismo parque. "Tras restaurarla la pusimos allí porque él fue el jardinero mayor del Ayuntamiento y al aire libre sufría unos deterioros terribles. Ahora preside un sitio que le representa y además está protegida", justifican desde Patrimonio.


Lo que la familia no entiende es que nadie les haya sabido dar una respuesta en estos dos años y medio, a pesar de las insistentes cartas de su nieto, que seguía pasándose por el lugar donde estaba antes para ver si volvía algún día el busto de su abuelo. Lo que no sabía es que estaba expuesta y a resguardo, a apenas unos metros de distancia, en la casa se construyó para él.

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