Durante muchos años pasó casi inadvertida, pese a que fue una obra premiada con la medalla de oro en la II Bienal 'Premio Zaragoza' en 1963. Desde su colación en la plaza de Basilio Paraíso al año siguiente, la escultura 'La ola y el monstruo', del escultor y médico Antonio Sacramento (Valencia, 1915) ha conocido dos emplazamientos distintos; primero, en el inicio del actual paseo de la Constitución y, en su última etapa, al comienzo del bulevar de Gran Vía.

A lo largo de más de cuatro décadas, la obra sufrió numerosos desperfectos hasta que se retiro cuando comenzaron las obras del tranvía, en 2009. La pieza se llevó a los almacenes municipales para su restauración: estaba oxidada, muy deteriorada... y lo peor: se había encajado de cualquier manera en un pedestal de hormigón que tapaba parte de la base de la escultura.

La imagen tomada por el fotógrafo de HERALDO Marín Chivite en 1964 muestra la pieza de Antonio Sacramento en su totalidad; en cambio, en las imágenes de 2002 captadas para este diario por Carme Ripollés se puede apreciar el pedestal que dejó oculta una parte de 'La ola y el monstruo'.

La obra original tiene unas dimensiones de 115 x 115 x 100 centímetros y fue realizada en plancha de hierro de ocho milímetros. Antonio Sacramento enmarcó su obra "dentro de la temática actual. Podría llamarse escultura científica, construida con un sentido topológico cerrado, dinámico, sugiriendo un movimiento espacial y con una leve alusión figurativa", expresó en 1963 tras ganar el premio en la II Bienal de Arte que se celebró aquel año en la capital aragonesa.

“No se puede volver a colocar en el emplazamiento en el que estaba porque ahí se ubica ahora el eje del tranvía, -explican fuentes municipales-. De momento, sigue a la espera de que se le asigne una nueva ubicación”. Desde el Consistorio afirman que esta es una práctica habitual y que el área de patrimonio se encarga de “custodiar y guardar otras piezas que, al igual que esta, necesitan restaurarse y/o reubicarse”.