La festividad de San Valero hace crecer el turismo en Tarazona

Se ha reforzado la oferta turística de la catedral y otros monumentos para atender la demanda.

Un grupo de turistas zaragozanos en el interior de la catedral
La festividad de San Valero hace crecer el turismo en Tarazona

Aunque el tiempo no acompaña demasiado, lo cierto es que Tarazona y la comarca reciben este viernes más visitas de lo habitual, igual que este jueves. El motivo es la festividad de San Valero del 29 de enero, fiesta en Zaragoza capital y puente para muchos trabajadores zaragozanos.


“Estamos alojados en el castillo de Grisel desde este jueves hasta el sábado. Hemos visto el monasterio de Veruela, hemos hecho la cata de vinos en el Museo del Vino de la D.O. Campo de Borja y ahora queremos conocer la catedral de Tarazona. Haremos también la visita guiada por la ciudad y la verdad es que nos está gustando todo”, relata Octavio Cuello, vecino de Zaragoza que ha aprovechado el puente de San Valero para acercarse con su mujer hasta las tierras del Moncayo.


La oferta turística se ha reforzado para intentar atraer visitantes desde la capital maña. “Hemos ampliado el número de visitas a la catedral y ofertamos también el recorrido guiado a la ciudad que normalmente sólo se ofrece los fines de semana y festivos. Se ha añadido al jueves y el viernes con mucho éxito. Este jueves se llenó, tuvimos muchas reservas. Fueron casi 180 personas de Zaragoza, sobre todo grupos de amigos y familias con niños. Este viernes está un poco más flojo”, explica la guía de la catedral, Mª José Garcés.


Los turistas se van muy contentos, ya que disfrutan de una visita especial, ‘Tarazona, con los cinco sentidos’. Se trata de una iniciativa puesta en marcha hace unos meses por la Fundación Tarazona Monumental, y es una nueva visita guiada que permite conocer la ciudad a través de la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto.


“Utilizamos el oído escuchando canto gregoriano al entrar al templo, el olfato con el incienso quemado… cosas que están relacionadas con el mundo de la catedral. Y en el recorrido de la ciudad, lo mismo, se toca la arena para recordar el albero en la plaza de Toros Vieja, y no desvelo más secretos para que la gente se siga sorprendiendo. Es algo diferente donde se despiertan los cinco sentidos”, añade Garcés.