Muere de un disparo un compinche del Lute en el tercer asesinato de esta semana

Raimundo Medrano era socio de El Lute, con el que llegó a ser condenado a muerte. La viuda confesó ser la autora del crimen.

Raimundo Medrano
Muere de un disparo un compinche del Lute en el tercer asesinato de esta semana

La espiral de muertes violentas con la que ha comenzado el año en Aragón suma una tercera víctima: Raimundo Medrano González, uno de los forajidos más famosos del país durante los años 60-70, época en la que compartió correrías junto a Eleuterio Sánchez, ‘El Lute’. El cadáver del conocido delincuente, que ahora tenía 69 años, fue hallado el pasado miércoles en la leñera de una de las casas cueva del barrio de San Roque de Calatayud. Como presunta autora del homicidio ha sido detenida su esposa, C. V. J., de 55 años, quien primero denunció la desaparición de Medrano y horas después acabó confesando el crimen.


Con este último son ya tres los homicidios perpetrados en lo que va de semana en Aragón en un funesto comienzo de 2015. Porque a la muerte de Calatayud hay que sumar las que se produjeron el pasado lunes, día 5, cuando un joven dominicano moría acribillado a balazos en el barrio zaragozano de Las Delicias en un ajuste de cuentas por drogas y un hombre asestaba una mortal puñalada a su padre, Carlos Gracia, en Teruel. Por el primer crimen, del que fue víctima Ariel Carrasco, todavía no se ha practicado ninguna detención, aunque se sospecha que los autores podrían ser miembros de una banda de traficantes colombianos. En cuanto al parricidio, parece que el autor podría padecer algún trastorno mental.


Según informó este jueves la Jefatura Superior de Policía, la mujer del fallecido en Calatayud se personó sobre las 15.30 del día de Reyes en la comisaría de esta ciudad asegurando que llevaba casi 24 horas sin saber nada de su marido. Comentó a los agentes que se trataba de un hombre mayor, medicado y prácticamente ciego, por lo que nunca salía solo de casa. La esposa del desaparecido les explicó también que el lunes a primera hora se fue a comprar y al centro de salud y que a la vuelta su marido ya no estaba en el domicilio. Dadas las circunstancias, la Policía activó enseguida un protocolo de emergencia y en colaboración con la Policía Local y los voluntarios de Protección Civil se empezó a peinar el cabezo en el que se ubica la vivienda del matrimonio.


Pero la versión facilitada por la esposa de Raimundo Medrano -que también declaró que su marido salió de casa con 2.000 euros y con un teléfono móvil al que había llamado, pero no daba línea- levantó sospechas a la Policía, que a medida que pasaban las horas empezó a barajar la posibilidad de que la desaparición de este hombre no fuera accidental. De ahí que los investigadores decidieran llamar a la denunciante para que ampliara su declaración, interrogatorio que se prolongó hasta bien entrada la madrugada, cuando esta acabó confesando haber asesinado a su marido y reveló donde se hallaba su cadáver.


Con la información facilitada por C. V. J. -quien tras su autoinculpación fue detenida y este viernes comparecerá ante el juez de guardia-, a primera hora de la mañana del día 7 la Policía halló el cuerpo de Raimundo Medrano oculto en un habitáculo interior de la vivienda excavado en la roca y utilizado como leñera. Estaba envuelto en un plástico y presentaba al menos un herida por arma de fuego. Los agentes encontraron también la pistola con la que supuestamente se efectuó el disparo semienterrada bajo una capa de yeso.


Según los vecinos del barrio de San Roque, el matrimonio apenas salía de casa. Al parecer, se había instalado allí hace alrededor de un año, rehabilitando una casa cueva ubicada en una zona próxima a la ermita. El fallecido apenas veía, ya que cuando cumplía condena en la cárcel de Alicante le explosionó una caldera de carburo de los talleres donde trabajaba como forjador. A su ceguera contribuyó también su diabetes, por lo que ahora no se valía por sí mismo y solo salía de casa acompañado de su mujer.