​A prisión la acusada de matar a su marido, compinche del Lute

El juez ha dictado prisión provisional comunicada y sin fianza tras acusarla de un delito de asesinato.

Lugar en el que residía Raimundo Medrano
​A prisión la acusada de matar a su marido, compinche del Lute

La esposa de Raimundo Medrano, miembro de la banda de el Lute, al que presuntamente mató a principios de esta semana antes de denunciar en Calatayud su desaparición, ha sido enviada a prisión provisional comunicada y sin fianza acusada de un delito de asesinato.


La mujer, C.V.J., de 55 años, ha prestado declaración en el Juzgado de Instrucción número 2 de Calatayud, después de confesar el crimen y tras ser detenida por la Policía Nacional, han informado hoy fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Aragón.


La juez, que ha decretado secreto de sumario por este caso, ha enviado a la cárcel de Zuera (Zaragoza) a esta mujer, que había denunciado el día de Reyes la desaparición de su marido, uno de los más perseguidos por la policía en España en la década de los 60, y después confesó haberlo matado.



El riesgo de fuga por la gravedad del delito y la posible falta de arraigo familiar son los argumentos dados por el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Calatayud para decretar prisión provisional.


El secreto de sumario responde a que la juez considera que hay diligencias que practicar, según han dicho fuentes de la investigación, que han explicado que no hay constancia de que ningún miembro de la pareja presentara denuncias previas por malos tratos.


El abogado que defiende a la mujer, Eduardo Estévez, no ha precisado si recurrirá el auto de prisión del juez o no y se ha mantenido, en declaraciones, cauto en este asunto, al estar bajo secreto sumarial.


Sí ha explicado que la pareja llevaba casada desde hace más de 30 años y que tenía tres hijos, ninguno de los cuales residía con ellos en Calatayud.


No ha explicado, sin embargo, los motivos que llevaron a la pareja a instalarse hace un año en esta localidad aragonesa. Raimundo Medrano estaba casi ciego, padecía diabetes y tenía que tomar medicación a diario.


Su cadáver apareció envuelto en unos plásticos en una leñera en el propio domicilio.


La investigación para esclarecer la muerte de este hombre se inició el día de Reyes después de que su esposa presentara una denuncia en la Comisaría de Policía de Calatayud, en la que alertaba de la desaparición un día antes de su esposo, que nunca salía solo de su casa.


La mujer manifestó, cuando presentó la denuncia, que había ido al consultorio médico a primera hora de la mañana y a hacer unas compras, y que al volver a su domicilio se dio cuenta de que su marido había salido con 2.000 euros y un teléfono móvil que no daba línea.


Además, la acusada intentó despistar a los investigadores con informaciones incoherentes, según dichas fuentes.


Medrano había nacido en Villaconejos de Trabaque (Cuenca) en 1945 y el "golpe" que le dio más notoriedad fue el atraco a una joyería de la madrileña calle de Bravo Murillo, el 5 de mayo de 1965, en el murió el vigilante, que recibió un disparo en el pecho.


Días después, cuando la policía trataba de detenerlo en la calle Galileo de Madrid, murió una niña de siete años a la que alcanzó una bala perdida. Medrano consiguió huir, pero fue detenido posteriormente en Ávila.


El ahora fallecido fue sometido a un juicio sumarísimo y condenado a muerte, aunque luego se le conmutó la pena capital por la de treinta años y un día por un delito de bandidaje y terrorismo.


En octubre de 1978 salió en libertad condicional y en 1979 publicó, junto con la periodista Soledad Cano, una autobiografía titulada 'Enemigo público número 2'.


Su ceguera proviene de su estancia en la prisión de Alicante, en la que Medrano sufrió un accidente al estallar una caldera.